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Gonzalo Rodríguez - page 10

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LA GRACIA SUFICIENTE Y LA VIA DEL HÉROE

en España/Espiritualidad por
LA GRACIA SUFICIENTE Y LA VÍA DEL HÉROE PARA LA FORJA

«No habrá un Dios que combata por aquellos que no estén en armas”

La editorial Eas publicó el breve e interesantísimo ensayo del tradicionalista Eduard Alcántara sobre la cuestión del fatalismo en la cosmovisión de la espiritualidad activa; tal como ésta queda formulada en la obra del maestro Julius Evola. El resultado es una obra tan concisa como clara en la que los andamiajes fundamentales de la Tradición Perenne, en su sentido más elevado, quedan subrayados y explicados. Tuvimos la suerte y el honor de prologar la obra y ahora recogemos dicho prólogo desde nuestro blog para compartirlo también desde nuestras redes.

“No existirá una condición externa en la cual no se pueda sin embargo estar activos”

En términos propios de la tradición española y haciéndonos eco de lo más elevado del pensamiento filosófico y teológico español del Siglo de Oro, diríamos que en lo que Alcántara ha recogido al tratar la cuestión de Evola y el fatalismo, se estaría señalando la problemática de lo que los escolásticos españoles llamaron el principio de “Gracia suficiente”…

La realidad de las posibilidades humanas para la “salvación” más allá de todo condicionamiento externo o interno; del  Mundo y el tiempo en el que se viva y de las propias miserias y debilidades del alma. El Hombre más allá de todo ello, más allá de todo designio de apariencia fatal, podría siempre y conforme a dicha “gracia suficiente y eficiente” y si sigue la ardua vía correspondiente, “salvarse”. Dicho esto conforme a la terminología propia del catolicismo si bien como veremos, no será la única que pueda señalarnos en esta dirección.

En cualquier caso debemos subrayar que lo se entra a considerar aquí, no es una cuestión menor, por erudita o extemporánea que pueda resultar a quien sea lego en temas de Espíritu y tradición sapiencial; pues en ella se cifra ciertamente el argumento mismo de la vida humana. Siendo entonces que a partir de ahí será posible saber del sentido o “sin sentido” de una época. También comprender el proceso histórico del nihilismo y el antídoto para éste…

En este sentido y conforme a la Tradición, entendida ésta en su sentido más perenne y supra histórico, el dilema y prueba del Hombre en el Mundo, ha sido siempre el mismo: Libertad o alienación… Esto es, la posibilidad de conforme a la presencia en el alma humana de la chispa misma del Espíritu y de la posibilidad de actualizar ésta y hacerla “Luz de lo Alto” en nosotros, llegar a conquistarnos, ser gobernantes de nosotros mismos y abrirnos las puertas a la Trascendencia. En frente y por el contrario, la negación de dicha chispa o de la posibilidad de su actualización, y la consideración del Hombre como un ser fatalmente condicionado y alienado  que nada puede frente a un horizonte de Trascendencia y conquista espiritual de su alma. Hombre al que entonces  sólo quedará o la “sumisión a la palabra revelada”, o la vida de espaldas a la Trascendencia y entregada a la materia.

La idea que se plantea así es que el compuesto humano no sólo poseerá una dimensión psicofísica, sino que además poseerá una dimensión espiritual. Tendrá entonces cuerpo (physis) y alma (psyché), pero también Espíritu (nous). Siendo dicho Espíritu la parte más central y elevada del sujeto, el Atman del Sanatana Dharma, también el “Intelecto Superior” o “Logos Divino” del platonismo. Este Espíritu no será sino la presencia misma de la “Luz de lo Alto” dentro nosotros.

Ahora, estando dicha “chispa divina” en el centro mismo de nuestra alma, se encontrará sin embargo en estado latencia, como disminuida o lesionada por la “encarnación”. Como una potencia dormida a la espera de despertar y actualizarse. Siendo entonces que el argumento de la vida no será otro que dicha actualización.

De dicha actualización o despertar del Espíritu en el alma, dependerá nuestra verdadera libertad, nuestra moksha o “Liberación”. Pues ésta nos llevará interiormente más allá de los condicionamientos de nuestro soporte psicofísico, y abundará en una conquista interior y gobierno de sí, en el que la mirada lúcida y despierta, el alma serena e imperturbable, y el ánimo libre y descondicionado,   nos hará autarcas a los que nada ni nadie de este Mundo podrá alienar.

En términos propios del esoterismo, hablaríamos de la “espiritualización de la materia”, horizonte por excelencia del Hombre de la Tradición. Horizonte que supone una labor de acción interior que tendrá su correlato en la acción exterior, en el propio Mundo, en el ámbito de la “materialización de Espíritu”. Esto es, el Solve et Coagula del Hermetismo. Ambos movimientos, hacia dentro y hacia fuera, bajo el signo de los conceptos tradicionales de la Iniciación y el Imperio. La Iniciación como la acción interior para la realización del Espíritu en nuestra alma. El Imperio como la acción exterior para la realización del Espíritu en el Mundo.

Todo ello a lo largo de un proceso milenario que constituye la historia misma del Hombre y en la que ningún alejamiento, negación u olvido del Espíritu, deja éste inhabilitado. Pues la “vía del Héroe” para la restitución del Hombre nunca queda cerrada. Tampoco la de la “restauración” del Regnum, la de la Recuperatio Imperii.

Y decimos vía del Héroe porque es una vía activa, de acción interior y exterior, no pasiva o mística. Es una vía de lucha, de batalla espiritual por la conquista de sí y el “Retorno del Rey”. Lucha que requiere de nosotros tanto las virtudes el sabio, como las virtudes del guerrero. Una “vía del Héroe” porque “no existirá una condición externa en la cual no se pueda sin embargo estar activos”, “ni habrá un Dios que combata por aquellos que no estén en armas”.

La vía está así siempre abierta a pesar “de la entrada” en el espacio/tiempo y el olvido que del Espíritu esto supone; y es mediante la acción interior y exterior, “la Iniciación y el Imperio”, que dicha vía puede recorrerse, no quedando supeditados fatalmente a ningún resultado pre establecido. No estamos abocados a nada. Ni para bien, ni para mal. No llegará “la parusía” por sí misma si previamente no la traemos nosotros (“no habrá un Dios que combata por aquellos que no estén en armas”), ni estamos irremediablemente alienados frente al despliegue de un horizonte puramente material (“no existirá una condición externa en la cual no se pueda sin embargo estar activos”).

***

Todo esto que venimos comentando, no es ni mucho menos el ejercicio ocioso de un pensar metafísico. Es por el contrario la clave de bóveda de un sentido superior y verdadero de vida y de civilización, y siendo así, es lo más revolucionario que puede plantearse para los tiempos que estamos viviendo.

Volvamos entonces la mirada a ese Siglo de oro que mencionábamos al comenzar este breve texto. Tomemos el Imperio Español no como punto de llegada de nuestra búsqueda, sino como punto de partida. Y reparemos entonces en lo que ocurrió y a lo que se enfrentó…

En la sala de batallas del Escorial, a un lado España luchando contra la teocracia islámica, y al otro luchando contra la Europa de la subversión y la herejía protestante:

El Islam, que niega “gracia suficiente” en el alma humana como para que ésta pueda por sí misma llegar a Dios, y que aboca así al Hombre a la “sumisión” al “Libro Revelado”. Sumisión que obviamente será la puerta hacia el integrismo y los “fanáticos de Dios”: “¡sólo el Corán!”, todo lo demás es blasfemia…

Y los protestantes, cuyo fruto maduro será finalmente y por la vía de la misma negación, el abocar el Hombre al cultivo de la riqueza material como único horizonte de sentido: Ya que frente a Dios nada podemos ni saber ni merecer, pues nada de su gracia tenemos, que sea el mundo material y su riqueza el horizonte final con el que cifrar la virtud del alma. La negación de la “gracia suficiente” que conduce al integrismo y el fanatismo religioso en el mundo islámico, en Europa nos volcará de mano de los protestantes y su “salvación por la riqueza”, a la civilización más materialista y nihilista de la Historia.

Integrismo y materialismo hijos ambos así y paradójicamente, de la misma negación y nihilismo: la negación de la “Gracia suficiente y eficiente”. Gracia que por el contrario defendió la España Imperial y puso sobre el tapete de la Historia europea tanto frente a la teocracia islámica, como frente al horizonte de materialismo al que finalmente nos abocaron Lutero y Calvino. Y es que si hay “Gracia suficiente”, si el “Fuego Secreto” por disminuido o latente que esté, no puede apagarse, la “vía del Héroe” siempre está abierta. Aun en plena medianoche del Mundo… Y entonces el más alto designio de la “Raza del Espíritu” puede llevarse a cabo y ningún designio fatal, lo determina inexorablemente. No estamos abocados así ni a la sumisión religiosa, ni al mero materialismo. La “Liberación” es cosa que está en nuestra mano y no en manos de la “sumisión” a la “Revelación”, como tampoco es cosa tan alejada de nosotros que no quede sino dejarla atrás para zambullirnos en el mero desarrollo materialista de la vida humana. Ambas vías están así desnortadas y faltan a nuestra más alta posibilidad, aunque hoy día sigan sin embargo luchando por la conquista del Mundo… Ya lo hicieron cuando el Imperio Español se enfrento a ambas. Y aún cuando en la paz de Vestfalia aquel Imperio fue derrotado, su lección quedó sin embargo para ser recogida como testigo hispánico de la “Tradición Eterna”. Para algún día ser reencontrada, aprendida y puesta en valor por sus herederos, como punto de partida para un renovado Despertar.

Siendo así bien está que un libro como éste sirva para inspirar entonces una verdadera alternativa, y frente a todo fatalismo, la  “Gracia suficiente” y la “vía del Héroe”, sean puestas en el frontispicio de nuestra Revolución…

 

La escena que allí se recoge es realidad la batalla de san Quintín, contra la Francia subversiva que desde tiempos de las Guerras Italianas y después con Francisco I, no tiene reparo de favorecer incluso a los turcos, con tal de afirmar su deriva “nacionalista”. La ruptura así del ecúmene de la cristiandad medieval y el ideal de Imperio, a través tanto de la subversión protestante, como del ascenso de las naciones. Subversión protestante y nacional que irán de la mano en lo que después será la guerra de los 80 años en Flandes, el apoyo de la Inglaterra anglicana a los protestantismos continentales, y la guerra de los 30 años en Alemania.

La paz de Vestfalia  con la que se podrá fin a este largo proceso de “guerras civiles” europeas por la preponderancia católica o protestante (que será también por la preponderancia del Imperio o la nación), dará la victoria al bando de la subversión. Siendo entonces que el ideal de unidad religiosa y política quedará derrotado. La Christianitas que continuó el ideal de Imperium de la Romanitas y que tuvo en la Hispanitas uno de sus máximos valedores, perdía la guerra; Europa se encaminaba definitivamente hacia la Modernidad contemporanea.

Este proceso en el que España se agotó luchando denodadamente contra las fuerzas de la subversión, tuvo sus inicios tanto en las 95 tesis de Lutero, como en la Francia de las Guerras Italianas.

REGENERARSE O MORIR

en España por

“Para reconstruir un país, para regenerar una nación, hay que hacerlo también desde el orgullo de la propia historia o es imposible crecer otra vez. Imposible. Y esto no es ni de izquierdas ni de derechas, es de sentido común. Es de la verdad de las cosas. Lo contrario será ahondar cada vez más en la polarización, el recelo, la crispación y la auto destrucción”…

Encaramos una nueva década que será decisiva. España como sociedad tiene enfrente suyo el desafio improrrogable de repensarse a sí misma y decidir de una vez por todas si quiere darse por finiquitada y resetear su historia, o si por el contrario está determinada a sobrevivir. Bien claro está sobre la mesa cómo una parte menor pero no marginal de los españoles, no tiene problema en enarbolar la bandera del finis hispaniae. En frente a penas parece vislumbrarse una argumentación realmente sólida que ofrezca una respuesta. Y sin embargo, de esa repuesta y su solidez, depende en gran medida esa regeneración sin la cual la supervivencia se muestra harto problemática. Hacerse cargo de esta situación y afrontarla será así tarea inexcusable de los españoles de nuestro tiempo. Ponerse de perfil y dejar pasar el embite; un triste legado para las generaciones futuras… 

*

España necesita de manera perentoria reencontrarse con su propia Historia.  Narrarse a sí misma su propio recorrido histórico a lo largo de los siglos y darse cuenta de su realidad, identidad y mérito. España que no puede seguir siendo negada, relativizada o estigmatizada por los propios españoles. Para reconstruir un país, para regenerar una nación, hay que hacerlo también desde el orgullo de la propia historia o es imposible crecer otra vez. Imposible. Y esto no es ni de izquierdas ni de derechas, es de sentido común. Es de la verdad de las cosas. Lo contrario será ahondar cada vez más en la polarización, el recelo, la crispación y la auto destrucción…

Y es que en por distintas vías se ha erigido un discurso de abierta hostilidad a la propia idea de España, ya sea para negar su existencia histórica, ya sea para relativizar sus logros, episodios históricos reseñables e identidad, ya sea directamente para condenarla como nación fallida y tiránica que debe ser dejada atrás.

Y sin embargo no es así… No es cuestión de derechas o izquierdas, de políticas sociales o liberales, de los de arriba o de los de abajo, es cuestión de verdad o falsedad…Y es que resulta que es falso que España no tenga sustancialidad histórica, es falso que la suya no sea sino la historia de una oligarquía tiránica que desde antaño se sobrepone de modo déspota sobre unos “pueblos” adánicos llamados a la emancipación. Es falso que su larga singladura histórica pueda ser relativizada y desmontada para mostrarse entonces vana y sin enjundia. Es falso.

Nada de eso es verdad…

Toda esa ideología que ve a Cataluña o las Vascongadas como una realidad accesoria al resto de España, y a ésta como una suerte de nacionalismo castellano desbordado, déspota y oligárquico, cuya naturaleza de fondo es siempre lo tiránico y reaccionario, no deja de ser una reformulación decimonónica de la Leyenda Negra de los siglos XVI y XVII. Leyenda Negra que desde la segunda mitad del siglo XIX entrará en maridaje con la recién nacida ideología nacionalista, también con la subsiguiente subjetividad y emotividad del romanticismo, a lo que se sumará el fin del Imperio Hispánico, dando lugar todo ello a la aparición en diferentes regiones españolas, de la pulsión secesionista.

Pero esa pulsión, así como la subsiguiente endofobia, vestida  de exarcebación de las historias regionales y olvido o desprecio de la virtud de la unidad diversa y la diversidad unida, será una pulsión que no puede ser sostenida más que desde la ideología. Pues desde la historia, la antropología o la etnología, dicha pulsión no se sostiene. Podemos entender así cómo surge, pero no por ello dejar de señalar que no tiene fundamento suficiente.

Y es que desde la objetividad y ponderando las cosas con ecuanimidad, el horizonte y sentido que plantea el secesionismo, independientemente de su predicamento o poder de sugestión, resulta que no está enraizado en la verdad de las cosas; es decir, no tiene refrendo ni sustento en la realidad histórico política y antropológica de Cataluña o Vascongadas. Ni tampoco en la realidad histórico política y antropológica del resto de España…

España no es lo que dices los separatistas qué es. Tampoco lo es Cataluña, Vascongadas o Galicia. La narrativa secesionista simplemente no es cierta. España no es una tiranía secular perpetuada a lo largo de los siglos por una oligarquía castellano-céntrica de vocación laminadora de toda diferencia regional y portadora de una vis oscurantista que desde siempre ha lastrado el progreso de los “pueblos de Iberia”… Simplemente esta “caricatura”, que no creo que llegue ni a eso, es falsa… No es verdad. Y que una cosa sea verdad o no, no es cuestión menor…

Del mismo modo, que sectores relevantes de la izquierda hayan comprado este imaginario anti español, enarbolando tanto la narrativa negrolegendaria sobre el Imperio Hispánico, como las necedades, ridiculeces y estragos del españolismo franquista para justificarse, nos muestra cuan hondo es el problema. Pues la negación o relativización del valor  y virtud de España no nos llegará sólo desde un regionalismo degenerado en subversivo nacionalismo separatista, sino que también, nos llegará desde una izquierda que aún entrando en contradicción consigo misma, no tiene  reparo en revindicar el derecho de auto determinación. Y decimos contradicción consigo misma porque dicho derecho de auto determinación, supondrá abrir la puerta tanto a la ruptura de la unidad de reparto y distribución de la riqueza, como a la ruptura de la unidad de decisión, y dichas rupturas, por su propia articulación en torno al privilegio y la desigualdad, son contrarias a los principios de la izquierda.

Ahora, que dicho esto, la derecha neoliberal y tecnócrata, de conservadurismo fatuo y meramente burgués, de “marca España”, de economicismo desacomplejado donde las humanidades son una extravagancia para bohemios y diletantes y el patriotismo, una cosa puramente formal que poco sabe de la identidad y la justicia social, esa derecha, también es parte del problema… Y no podemos afrontar el desafio de la regeneración de España sin dejar atrás también las mediocridad espiritual de dicha derecha. Pues desde su paramentos de hecho, sólo se conseguirá seguir ahondando en el problema…

España fue un Regnum, en tiempos de los Godos, unos de los primeros de Europa, un Regnum Hispaniae que a modo de idea fuerza justificará y alentará a todos los reinos cristianos de España tras la invasión musulmana. De León a Navarra, de Portugal a los condes catalanes y Aragón. Y así se señala en la Historia General de España de Alfonso X el Sabio. Y así se señala en el Cantar de mío Cid, cuando se dice que los reyes de España descienden del héroe castellano porque sus hijas se casaron con reyes de Navarra y de Aragón. Y lo dice en lengua catalana Jaime I, cuando conquista Valencia y en su Libro de los Hechos,  afirma que la ciudad ha sido conquistada “para mayor honra de Dios y de España”.  Y así lo dice la cultura popular de la baja Edad Media, cuando en el romancero a la invasión islámica se la llama “la pérdida de España”. Y asi lo dice el propio Fernando el Católico, cuando tras conquistar Granada dice que por fin “se ha restaurado el reino pérdido de Toledo”. El antiguo Regnum Hispaniae de los Godos.

Y claro está que la organziación territorial y administrativa en el Medioevo y con los Austrias, fue mayormente confederal y descentralizada, como lo era por otra parte en casi toda Europa. Pues ese modelo confederal descentralizado es el modelo de raíces feudo vasallático propio de la Edad Media, no exclusivo de España. Y claro está que en la transición a la Modernidad y la reorganización centralista de la administración hubo guerra civil y enfrentamiento ideológico y territorial, pero en toda España, no sólo en Cataluña y Vascongadas; pero en toda Europa, no sólo en solar hispánico. Esa “guerra” es propia de todo el proceso europeo de desmantelamiento de las estructuras tradicionales de administración territorial para ser sustituidas por el modelo de la Modernidad. No es así cosa exclusiva y característica de España. No se puede justificar la vocación de secesión a partir de ahí y hablar alegremente de plurinacionalidad sin faltar a la comprensión de la Historia de Europa, los pueblos de España y sus procesos. Y es que una nación cultural no es una nación histórica y menos aún una nación raíz. Y España es la nación raíz y la nación histórica de todas sus naciones culturales, regiones y pueblos.

El secesionismo hace así sentimentalización romántica, análisis de parte, tergiversación y victimización, pero no habla de la verdad de la cosas. Habla de su ideología y a ésta la proyecta sobre la Historia, sobre España o sobre Cataluña, pero no se enraiza en la realidad más allá de la parte que le interesa. Es de este modo un problema ideológico, no histórico o antropológico. Un problema en el que el olvido de la propia historia y cultura común resultará en ocasiones entre lazarente y ridículo…

Cervantes ensalza las raíces de España en su “profecía del Duero” del Cerco de Numancia, y mismo patriotismo identitario destila Lope de Vega en La Dragontea, El asalto a Mastrich o Los españoles en Flandes, y lo mismo hará Calderón de la Barca en El sitio de Breda y por supuesto Quevedo en la España defendida. ¿Son todos ellos reaccionarios? ¿Al baul del olvido con sus obras por justificar a la nación tiránica, por justificar a la nación que no deberia existir?…

Lo hemos dicho al comenzar, Para reconstruir un país, para regenerar una nación, hay que hacerlo también desde el orgullo de la propia historia o es imposible crecer otra vez. Siendo así, ojalá que las futuras generaciones de españoles no sufran esa vivencia confusa, acomplejada, rabiosa y a veces inane de la propia españolidad que tanto podemos encontrar a día de hoy. Pues sólo quien se conoce a sí mismo puede afrontar los “desafíos del camino” y cumplir con su destino y eso, en gran medida, es el argumento de la Vida; y eso en gran medida en España, pasa por reencontrarnos con nuestra propia historia e identidad…

reconstruir un país, para regenerar una nación

“LOS CELTAS” EN ESPACIO EN BLANCO

en Cultura Celta/Historia por

Espacio en blanco –  Los celtas. Héroes y magia – RTVE.es

“Viriato consideraba la autosuficiencia su mayor riqueza, la libertad su patria, y la supremacía derivada del valor su más segura posesión”

Diodoro de Sicilia, XXXIII; 7, 3.

LOS CELTAS EN ESPACIO EN BLANCO

El programa “Espacio en Blanco” es un clásico de la radio española. Dirigido y presentado por Miguel Blanco, lleva desde 1987 en las ondas y hoy día es ya una verdadera leyenda del periodismo alternativo, de misterio y de divulgación histórica. Un honor volver allí de nuevo, esta vez para hablar sobre el antiguo mundo celta: su historia, su cultura, sus principios y valores, y sus enseñanzas para los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

“La vida como oportunidad para convertirnos en Héroes”…

Espacio en blanco - Los pueblos del Norte: los celtas - 23/06/19 - RTVE.es
Espacio en blanco – Los pueblos del Norte: los celtas – 23/06/19 – RTVE.es

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El Héroe y la Magia: la tradición guerrera de la Hispania Céltica

en Cultura Celta/Espiritualidad/Historia por

Tuvimos el honor y el placer de con Jesús Callejo como maestro de ceremonias, presentar nuestro libro sobre el mundo céltico e indoeuropeo en la Hispania prerromana, en el Hotel de las Letras en Madrid, en plena Gran Vía. Una ocasión inolvidable llena de buenas sensaciones de la que no podemos si no estar enormemente agradecidos, tanto a los asistentes, como a Jesús, al Hotel, a Javier Sagardía, que estuvo al cargo de la organización de todo, y de por supuesto a nuestros amigos de “Divulgadores del Misterio”, que grabaron la presentación con el buen hacer que les caracteriza. Desde dicha grabación compartimos así la presentación en nuestro blog, dejando acá lo que sería la parte concreta de nuestra explicación y comentario al libro.

El Héroe y la Magia como paradigmas de una “Espiritualidad Activa” que no es sino el punto de partida para una verdadera regeneración espiritual de Europa y Occidente…

“El Héroe, está llamado a establecer un principio de Auctoritas. De no ser mero sujeto pasivo sobre el que superponen los procesos del Mundo, si no sujeto libre, interiormente descondicionado, que en virtud de ese entendimiento mágico de las cosas, es capaz de hacerlas suyas y “cabalgarlas”… Quedando así libre frente a toda alienación y haciendo de todas las cosas, oportunidad para el Espíritu. Dando también de este modo al curso mismo del Universo, orientación hacia la Trascendencia”.

No dejes de seguir a “Divulgadores del Misterio”. Esta es su web:

http://www.divulgadoresdelmisterio.net/

LA REGENERACIÓN ESPIRITUAL DE EUROPA Y OCCIDENTE

en Espiritualidad por

Al ingente e impresionante desarrollo económico técnico de la Modernidad, le ha acompañado una bancarrota espiritual que es ya, uno de los rasgos fundamentales del mal estar de nuestro tiempo. La vulgaridad, la necedad, la ofuscación, el fanatismo, la bajeza, el mal gusto, el sin sentido, la neurosis y el absurdo, se unen en un mismo crisol configurando una corriente de fondo que no por subterránea, deja de ser presente y característica de los tiempos modernos. Una suerte de “progreso decadente” en el que el éxito en la consecuención del bienestar material, propio de la esfera de lo “necesario”, parece haberse pagado con un vaciado total de la esfera de lo “importante”. Es decir, como si la consecución del horizonte del “tener” y sus demandas, lo hubiéramos comprado a costa de vaciar la esfera del “ser”, abocándonos así al nihilismo. Al “desierto espiritual” de la Modernidad…

Frente a esta situación, la búsqueda de una respuesta y alternativa nos lleva más allá de los horizontes de la política y acerca a los ámbitos de la religión. Allá donde al repensar la Modernidad, su origen y sentido último, encontramos un proceso de caída en la tensión y vivencia de lo espiritual que será tanto, la semilla del nihilismo que nos corroe, como la pista de cuál debe ser el punto de partida para remontar…

De todo ello, trata esta conferencia.

*Ponencia impartida en una celebración odinista llevada a cabo en España con motivo del equinoccio de primavera.

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LA REGENERACIÓN ESPIRITUAL DE EUROPA Y OCCIDENTE

LA HISPANIDAD Y EL IDEAL DEL CABALLERO

en España por

Inspirados por uno de esos pensadores olvidados de la Tradición Hispánica como fue Manuel García Morente, hace ya unos años tratamos de sintetizar las claves espirituales, éticas y estéticas de la Hispanidad. El texto lo perdimos y no supimos de él durante años, pero providencialmente hace poco volvió a nosotros a través de un amigo que lo guardo durante este tiempo como fuente de esclarecimiento y motivación. Sin apenas retocarlo lo recuperamos ahora para “La Forja y la Espada”. En él y siguiendo las reflexiones e intuiciones del maestro García Morente, lo más esplendido de la antropología de lo Hispánico es revindicado como hoja de ruta para la forja interior de nuestra alma y brújula para nuetro actuar en el Mundo. Sea todo ello para que la consigna sapiencial de “llega a ser lo que estás llamado a ser”, pueda ser debidamente cumplida…

*

1º-El modelo de Hombre:

La Hispanidad como proyecto histórico político se constituyó ante todo conforme a una idea determinada de Hombre. Esa idea de “Hombre”, de “Ser Humano”, es el eje axial del proyecto. Dicha idea es en esencia la siguiente: Solo conforme a un horizonte de Trascendencia, de Eternidad, puede entenderse la Dignidad radical de lo humano, y por ende su Libertad. Libertad que será entonces auténtica cuando se dirija y se esfuerce por la preeminencia del Espíritu.

2º-España como Estilo:

La premisa espiritual y ética del punto 1º, determina un estilo, una manera de estar y ser, siendo dicho estilo, lo que configura de manera determinante la verdadera Hispanidad. Su norma y sentido, así como su desviación y desdoro. Dicho estilo de lo auténticamente español, deberá ser nuestra brújula a la hora de configurar los mandamientos de las “Aspas de san Andrés”.

3º-El estilo del Caballero:

El símbolo que sintetiza la esencia de la Hispanidad, que sintetiza el estilo Español conforme a todo lo anterior, no podrá ser el estilo del hombre de negocios, del triunfador de la sociedad capitalista, del alto ejecutivo; tampoco podrá ser el estilo del agitador social, del revolucionario, del tribuno de la plebe; tampoco podrá ser el estilo del artista, ni el del filósofo, ni siquiera el del asceta o el santo. Y por supuesto mucho menos el del tendero, el del mercader. El estilo que determina la Hispanidad y que ha hecho los mejores momentos de nuestra historia, es el estilo del Caballero. Del “Caballero Español”; hecho de Hombría de Bien, Compostura y Decoro, Respeto de sí, Honor y Valor, Generosidad, Largueza, Claridad de Alma, Amistad… Elementos que configurando a dicho caballero, serán esenciales en nuestro proyecto.

4º-El Caballero Español:  

El caballero español en esencia se conforma de los siguientes elementos:

Grandeza contra Mezquindad:

Es decir, el dar sin dudar mayor valor a lo que se es, que a lo que se tiene. El caballero español cultiva la grandeza porque desprecia el apego grosero a las cosas, ya que su alma aspira a una Trascendencia y Libertad que no pueden reducirse a lo meramente terrenal. El Escorial por ejemplo, es pura “grandeza pobre”, grandeza austera de muebles castellanos y murallas de Ávila.

Arrojo contra timidez:

Valentía, paso al frente, gusto por mezclarse con la vida y con la gente, sin miedo a la muerte ni al peligro, ni a la pobreza o la escasez, ni a la aventura.  Por que lo que le sostiene es una idea, un ideal de sí, de su propia dignidad, dignidad frente a la cual la vida no es sino un viaje lleno de cosas efímeras de las que no puedes sino beber despreocupado, sin apego mundano, valiente y despreocupadamente…

Altivez contra servilismo:

Orgullo de su propio camino, de su “ley interior”, que es la única frente a la que responde. Porque se precia de ser más que de poseer, y mira con desdén todo lo que no es sino vano oropel, y todo lo que no es sino servil sometimiento a “la ley falsa del Oro”…

Más pálpito que cálculo:

¿Se imagina alguien a los Conquistadores calculando como vulgares “bussines men” las posibilidades reales de la conquista de Méjico o Perú?… El español no es así. El Caballero español no hace cuentas como un prestamista holandés, más bien le basta con que su corazón le mande ejecutar una acción, que su gusto por hacer su propio camino como ventura, le llame a hacer lo que cree que debe hacer. Obedeciendo los dictados de su Corazón sin dudar ni calcular.

Culto al Honor:

Es la estimación que el Caballero Español hace de la forja de su propia personalidad independientemente de lo mera y groseramente terrenal, lo que le lleva a un culto casi religioso por el Honor. Honor que en España se vive como afán y propósito de vivir sin tacha, de poder siendo rico o pobre, venturoso o miserable, mirar a cualquiera a los ojos y sostenerle la mirada. Por que nada, nada de nada, en el ámbito de la nobleza del alma, se le puede echar en cara.

Culto a la Personalidad:

El español se siente sujeto de la Historia Universal, no mero convidado de piedra. Sabe que el camino que se recorre en la existencia humana lo hacemos nosotros mismos con la ayuda de la Providencia, y que no somos así fruto de las fuerzas ciegas de la economía, la naturaleza, el fatalismo de unos dioses crueles, o el determinismo de un universo mecánico y racionalista. La personalidad se cultiva y se trabaja, y de ella se deriva nuestro andar por este mundo, no como inercia, sino como fruto maduro de nuestra búsqueda.

Vida pública y Vida privada:

El español prioriza aquello que ocurre en su vida privada, en la vida que se hace de relaciones de tú a tú, de persona real a persona real, sin notarías, comisarías ni urnas de por medio. En aquello que configura su universo de relaciones personales por palabra, compromiso, camaradería o rivalidad. Pero sin instituciones, contratos, abogados o políticos. Anteponiendo el Honor a la juridicidad, la convivencia real a la democracia y la burocracia.

Presencia de la Muerte:

El español vive en presencia de la Muerte, no la teme, tampoco la adora. Antes bien se acerca a ella con desafío, como prueba de que hay en su alma algo más que “mera vida”. La existencia terrena no es así sino tránsito y prueba, y la muerte el momento decisivo en el que demostrar que se vivió con Grandeza y sin apego. Con una dignidad irreductible al miedo a la muerte y el regodeo mundano.

Anhelo de Eternidad:

“Muero porque no muero”… El Caballero quisiera estar ya en la Gloria Eterna, si debe partir lo hace sin mirar atrás, como si supiera que la patria de su alma esta en los Cielos y que allí, habiendo demostrado que podía estar en esta vida sin olvidar las Alturas, se le espera… Siente así la necesidad de demostrarse a sí mismo que su Libertad, no se somete al apego terrenal, y que su Dignidad inalienable, es tal porque no es de “este Mundo”, sino del Otro.

*

el caballero español, el entierro del conde de orgazaz

Del sobrio heroismo del Cantar de Mío Cid o el Poema de Fernán Gonzalez, a la serenidad frente a la muerte en el “Entierro del señor de Orgaz” o el respeto, elegancia y caballerosidad en “La rendición de Breda”. Del “honor es patrimonio del alma y el alma es sólo de Dios” de Calderón de la Barca, a san Juan de la Cruz cuando dice “Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada/ Para venir a poseerlo todo,no quieras poseer algo en nada”. De “la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el Mundo han sido” que decía fray Luis de León, a la escultura de Juan de Austria en su tumba en el Escorial. De Cervantes herido en Lepanto y preso en Argel, a don Quijote exclamando que “de lo que más necesitado está el Mundo es de Caballeros Andantes”…

Son sin número las referencias de la tradición española y especialmente durante el Siglo de Oro, de un ideal antropológico ético y estético que la Hispanidad hace suyo y ejemplifica de manera gráfica en la figura del “Caballero”. Caballero que de manera sintética hemos querido recoger aquí a partir de las enseñanzas de Manuel García Morente. Ciertamente dicho ideal parece haber querido ser olvidado o denigrado en la España cotemporánea y sin embargo, quienes así lo plantean y se afanan en ello lo hacen en vano, pues como una llamada guardada en el fondo del alma, el antiguo ideal vuelve a emerger hoy día entre jóvenes y no tan jóvenes, quizás está vez para ser reivindicado como un reencuentro con la propia identidad…

LA RENDICIÓN DE BREDA

El Imperio Español frente al Nihilismo Moderno

en España por

¿Qué cosa fue el Imperio Español y qué significado tiene en la Historia de Europa? ¿Cuál era el fondo espiritual y ético que lo animaba? ¿Quiénes fueron sus enemigos y antagonistas y por qué? ¿Cuál la consecuencia de su derrota? Y sobre todo, más allá de su fin, qué luz pueden proyectar aún hoy día sobre el mundo contemporáneo para disipar la oscuridad nihilista de nuestro tiempo…

Conocer nuestra Historia ayuda a entender nuestra época, tanto en las luces que pudieron perderse en el camino y merece la pena actualizar, como en las sombras que pueden cernirse sobre nosotros y ofuscar nuestro camino.

Tomando entonces el Imperio Español y el Siglo de Oro como punto de partida que no de llegada, tratamos de ahondar en estas cuestiones encontrando aquí una palanca de dignidad y libertad, frente a la que todo el sin sentido y alienación moderna, se viene abajo como un castillo de naipes…

Ponencia impartida en las tertulias abiertas “Café para todos” de la Biblioteca de Castilla-La Mancha.

Alcazar de Toledo - El Imperio Español frente al Nihilismo Moderno

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CELTAS: HÉROES Y MAGIA» EN EL CANDELABRO

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El Candelabro es un interesantísimo programa de Radio donde la cultura, en todo su amplio espectro, es abordada de manera amena, divulgativa pero también seria y enjundiosa. Hemos tenido la oportunidad de colaborar con ellos y ha sido un auténtico placer. Con motivo de la publicación de nuestro libro en  la editorial Almuzara, sobre la cultura guerrera de la Hispania celta, conversamos en el mejor de los ambientes sobre las raíces del mundo céltico y el antiguo tronco indoeuropeo. Sobre los principios, valores y creencias de dicho mundo céltico y su paralelo con otras culturas bárbaras de la Europa pre romana. Y también sobre el papel de ese antiguo paganismo en la búsqueda espiritual de nuestro tiempo.
Tantos los amantes de la historia, como los que se plantean una actualización de las esencias ancestrales de Europa, encontrarán el programa tan sugestivo como esperamos también esclarecedor…

«A los que han perdido la vida en la guerra los consideran nobles, valientes y dotados de valor y, en consecuencia, los entregan a los buitres porque creen que éstos son animales sagrados»

Claudio Aeliano, Hist. An. X.22

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CELTAS HÉROES Y MAGIA

El romance del conde Arnaldos

en Cultura Celta/Historia por
El romance del conde Arnaldos

Magia y Épica en la literatura medieval: El romance del conde Arnaldos

El Romancero es uno de los grandes tesoros de la cultura española y de la Hispanidad. Una maravilla de poesía popular, mayormente de carácter épico, hecha para ser cantada y acompañada por música, que a lo largo de la Baja Edad Media se fue decantando en las letras españolas posiblemente, a partir de fragmentos de antiguos Cantares de Gesta alto medievales, hoy día ya perdidos. También de episodios desarrollados por los juglares a partir de personajes, historias o situaciones, que en origen se remitían a ciclos narrativos de mayor alcance, pero que el juglar adaptaba a su público buscando mayor conexión o complicidad con las querencias e imaginario de éste.

El mundo del Romancero nos señala así tanto a los horizontes épicos de una gran narrativa, en la que los capítulos más memorables de ésta eran readaptados y acotados a la formula más inmediata y directa del Romance; como al gusto por temáticas que se encuadrarán en los marcos y contextos de la épica del romance, pero que remitirán hacia un imaginario de carácter más popular. Siendo entonces que tendremos romances sobre el rey don Rodrigo y la “pérdida de España”, o sobre la “venganza de sangre” y los siete infantes de Lara; pero también romances sobre amoríos mal logrados y penas de amor, o sobre temas mitológicos y legendarios e incluso religiosos.

 

En este sentido, el Romancero es un fresco fascinante en el que encontrarnos con la mentalidad medieval española y europea; con su sensibilidad lírica, sus horizontes éticos y espirituales, su imaginario épico y por ende identitario, su sensibilidad amorosa… Una verdadera ventana a la “concepción del Mundo” de las gentes de la España medieval, que a través del Romancero viejo, nos estarán dejando para la posteridad no sólo belleza literaria, sino también el alma misma de su tiempo.

Es en este orden de cosas que subrayaremos en este artículo, las pistas que de lo feérico y el correspondiente pensar mágico del Mundo, podemos encontrar en el Romancero viejo. Pistas de una visión “encantada” de la naturaleza y la existencia que de hondas raíces paganas, nos remite al fondo céltico e indoeuropeo de la más antigua tradición literaria española.

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El romance del conde Arnaldos es con diferencia el romance castellano que más claramente nos acercará a esa sensibilidad, imaginario y pensar mágico y feérico del Mundo, que de lejanos ecos célticos y paganos, puede recogerse en el Romancero Viejo.

 Ya lo hemos podido señalar así al hablar de este mismo romance en un artículo anterior (“Del cantar de Mio Cid a las leyendas de Bequer”), donde haciendo referencia al libro de Almagro-Gorbea Literatura hispana prerromana (2013), hemos indicado que el romance del conde Arnaldos estaría recogiendo la tradición de los Ímmarama irlandeses, que son sino los encuentros con el Sidhe y el viaje a ese “otro lado” o “reino escondido” al que el Sidhe céltico nos remite.  Fijémonos entonces que el romance comienza proclamando “¡Quien hubiese tal ventura como hubo el conde Arnaldos la mañana de san Juan!”. Es decir, la idea de un encuentro venturoso e improbable, que el narrador desea también para sí, y que como suele ocurrir en estos casos, ocurre en una fecha muy concreta de gran significación simbólica y espiritual: la mañana siguiente a la noche de san Juan.  El conde Arnaldos sale con su halcón a cazar y del mar ve venir una galera, y llegando ésta a la costa todo parece parar y quedar embelesado con el cantar que el marinero que la conduce entona. La atmosfera entera, naturaleza y animales, queda todo hechizado por lo que canta el misterioso marinero: la mar ponía en calma, los vientos amainaba, los peces subían a la superficie a escuchar, las aves paraban su vuelo y se posaban en el mástil, el conde Arnaldos no puede sino caer también bajo el influjo embelesador del canto que escucha y exclama con desesperación: «Por tu vida el marinero, dígasme ora ese cantar«, a lo que éste responde como si de un acertijo se tratará: «Yo no digo mi canción, sino a quien conmigo va«… Como llegado del “otro lado de las aguas del mar”, que recordemos es símbolo de paso al Sidhe o “reino escondido”, llega el misterioso marinero entonando un cantar que paraliza la escena con una belleza que embelesa y sobrecoge. La atmosfera queda prendada como de lo numinoso y el mar, las olas, los vientos, todo, paran “para escuchar”. El protagonista queda tan prendado que con angustia pide por favor que se le revele ese canto. Como si con éste se revelará un secreto de bienaventuranza y bendición del alma; pero dicho canto no es para todos: “Solo digo (revelo) mi canción (mi secreto), a quien conmigo va”.  El secreto del Sidhe, del “reino escondido”, del “mundo mágico” que parece ocasionalmente abrirse a nuestro plano, se muestra eventualmente al caminante desprevenido que es el conde Arnaldos, para dejarlo hechizado y sin respuesta… El misterio de la belleza del Mundo, y acaso el descubrimiento del carácter encantado de éste, y por ende de nosotros mismos, simbolizado en imaginarios feéricos de ecos paganos, llegados hasta nosotros en la belleza poética del Romancero. Para invitarnos a repensar el misterio y secreto de las cosas más allá de su comprensión física, química, biológica, material… Como si las cosas pudieran tener un sentido superior más allá de toda limitación naturalista si bien dicha comprensión profunda no es para todos, y requiere quizás de algo más… Requiere de “Gnosis”, requiere de “Iniciación”.  Pues tal como “el marinero” del romance nos advierte, éste sólo dice su canción: “a quien conmigo va”.  La idea así no sólo del encuentro inesperado y afortunado con el “reino escondido”, sino también de la fenomenología que lo acompaña; de ese “pararse” todas las cosas y escuchar o contemplar la belleza que acompaña a las manifestaciones del Sidhe subyugando con su hermosura. Y también la “puerta cerrada”, el pudes ver pero no ir más allá, el “secreto” que si no conoces, no te permite “cruzar al otro lado”. Pues te falta la “Iniciación”. Pues el “reino escondido” y por el momento, no es para ti…

¡Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el infante Arnaldos
la mañana de San Juan!
Andando a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar;
las velas trae de sedas,
la ejarcia de oro torzal,
áncoras tiene de plata,
tablas de fino coral.
Marinero que la guía
diciendo viene un cantar,
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar;
los peces que andan al hondo,
arriba los hace andar;
las aves que van volando,
al mástil vinen posar.

Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
-Por tu vida el marinero,
dígasme ora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
-Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va.

ARYA MARGA

en Blog/Espiritualidad por
ORIENTACIONES ESPIRITUALES PARA JÓVENES CYMERIOS V: “ARYA MARGA”

ORIENTACIONES ESPIRITUALES PARA JÓVENES CYMERIOS V: “ARYA MARGA”

“De la “Raza del Espíritu” son aquellos que han aceptado una clase particular de cultura del ser y camino de vida… de práctica interna y externa orientada a la forja interior y la acción en el Mundo, conforme a un ideal de “Señorío y Nobleza”. Esto es, de superior libertad y gobierno de sí más allá de todo lo que nos aliena, envilece o adormece”…

El Arya Marga, el “sendero noble”, la vía que el Sanatana Dharma o “Tradición Eterna”, señaló como camino seguro hacia la auto realización y la Trascendencia. El más antiguo camino, el más puro, el primero…

Siguiendo las palabras del maestro Aurobindo sobre el sentido originario y auténtico de la arianidad[1], y respondiendo al origen supra histórico y en última instancia metafísico de dicha “tradición aria”, el “sendero noble” se nos mostrará como brújula y orientación cierta sobre el cómo vivir y qué llegar a ser. Una vía de forja interior y acción en el Mundo que bebe de fuentes primordiales y que hoy día sigue vigente, quizás ahora más que nunca, una vez arribamos al Kali Yuga…

Quienquiera que haga esa elección y siga ese camino, quienquiera que anhele subir de nivel en nivel para ascender a “las Cumbres del Espíritu”, sin dejarse amedrentar por el temor, sin desalentarse por el retraso o la derrota, sin amilanarse por la inmensidad, por la altura o la grandeza; aunque puedan parecer demasiado para nuestra inteligencia, fuerza o coraje… Ése, es el Hombre del Arya Marga, el Hombre del “Noble Sendero”. El “conquistador de sí mismo”, el único Hombre realmente Libre”…

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De la “Raza del Espíritu” son aquellos que han aceptado una clase particular de cultura del ser y camino de vida… de práctica interna y externa orientada a la forja interior y la acción en el mundo, conforme a un ideal de “Señorío y Nobleza”. Esto es, de superior libertad y gobierno de sí más allá de todo lo que nos aliena, envilece o adormece

Forja en la que nuestra esencia más profunda, puesta en relación con el acontecer de la vida misma, nos va otorgando la oportunidad de crecer en poder y avanzar el camino, conduciéndonos paso a paso, hacia la conquista de nosotros mismos y de nuestra más alta posibilidad. Esa que la tradición sapiencial nos dice que está enraizada en los Cielos y llamada a dar fruto en la Tierra…

Todo ello genera un estilo propio que se cultiva y trabaja día a día, y que orienta la acción en el mundo de acuerdo a un ideal de Sabiduría y Honor. De valor, nobleza, disciplina, caballerosidad, presencia de ánimo y espíritu resuelto. Pero también de inteligencia, conciencia, lucidez, claridad, humildad, justicia, grandeza de alma y alegría… De saber ver, entender y actuar. De saber ser y saber estar en un ideal combinado que aúna las figuras paradigmáticas del “Druida” y del “Guerrero”. Siendo todo lo que nos conduce a encarnar dicho ideal “El camino de la Raza del Espíritu”, y todo lo que no aleja del mismo, la desviación que si no rectificamos y aprendemos la lección correspondiente, nos acaba convirtiendo en esclavos muchas veces inconscientes, de nuestra propia ofuscación o bajeza…

Aquel que “forje su alma y su vida” conforme a este ideal, por dentro y por fuera, en su propia persona y en su accionar en el Mundo, ése es el que está en el “buen camino”. Ese es el que puede llegar a ser quien está llamado a ser y puede más allá de las contingencias y miserias de la vida, ayudar a los demás a alcanzar el mismo ideal de Plenitud.

Y de poco más va la vida… para quien sabe de verdad que está vivo…

Pues Sabiduría es el conocimiento y elección de lo Mejor; de lo más noble, de lo que más nos hace crecer y eleva, de lo que más nos despierta, de lo más Verdadero…

Y Honor es determinación, lealtad, coraje, paso al frente y ánimo irreductible, en cumplir con el camino que la Sabiduría señala… Una y otra vez y a pesar de nuestras debilidades y zozobras. No cejando jamás en seguir el camino de “La Luz del Norte”…

“Quienquiera que haga esa elección y siga ese camino, quienquiera que anhele subir de nivel en nivel para ascender a “las Cumbres”, sin temer a nada, sin desalentarse por el retraso o la derrota, sin amilanarse por la inmensidad porque es demasiado vasta para su inteligencia, ni por la altura porque es demasiado encumbrada para su ánimo, ni por su grandeza porque es demasiado inmensa para su fuerza y coraje”… Ése es el Hombre de la “Raza del Espíritu”.

“El paladín de los Cielos en la Tierra”, el “Héroe que vencerá al Dragón y liberará el Reino”…

“Intrínsecamente, en su sentido más fundamental, “āryamārga” significa un esfuerzo, un levantarse, una superación… Una lucha y victoria frente a todo lo que dentro y fuera de nosotros, se opone al avance del Espíritu en el alma humana”.

La “autoconquista” es así la primera ley de su naturaleza y la llamada que va inserta en el centro de su alma… No consintiendo en dejarse con indolencia en brazos sin rumbo de la inercia, la rutina muerta, la torpeza, la pereza, la desidia, lo ordinario y lo banal…   Ni tampoco en manos de la agitación, de la voracidad, de lo febril, de lo insomne, del ansia, del miedo… “El Hombre de la Raza del Espíritu” no consiente así las cadenas y busca siempre en todo la verdad, en todo lo correcto, en todo lo alto y libre.

“La autoperfección es el objetivo de su autoconquista y por lo tanto, lo que él conquista no destruye, sino que ennoblece y consuma. Él sabe que el cuerpo, la vida y la mente, le son dados para alcanzar algo más elevado… Pero también que lo Más Elevado no el algo ajeno al mundo, sino que es aquí y ahora

El “ Hombre de la Raza del Espíritu” se desborda así sobre el Mundo en una vida hecha de misión, tarea, encuentro, amistad, amor, alegría, conocimiento… “No ahorrándose ningún esfuerzo mental o físico, ya sea para buscar lo Más Elevado, ya sea para servirlo. No evitando ninguna dificultad ni dejándose vencer por la fatiga. Luchando siempre por la venida del “Reino” dentro de sí y en el Mundo”…

La encarnación del Espíritu será en definitiva la encarnación de la Luz de la sabiduría y la conciencia, y del Calor del valor y el amor. Luz y Calor que serán expresión simbólica del Espíritu y que el Arya Marga nos impele a encarnar. De manera acuciante y sin dudar, como si el sentido mismo de la vida, del ser o no ser, dependiera de ello…

*

La “tradición aria” señalará así a nuestra persona y a nuestra vida, como una “lucha” por encarnar dicha Luz y Calor, que serán a su vez coraje, fuerza interior y Libertad… La Libertad de quien se conquista a sí mismo. De quien se descondiciona de su inconsciencia, ignorancia, ofuscación, miedo, estupidez, desvarió o bajeza… De quien se afirma en su ser más íntimo frente a todo “el ruido” del Mundo y de la mente, y se mantiene firme más allá de todo miedo, de toda estupidez, de toda ignominia, de toda esclavitud

Valientes, entregados y despreocupados, sin más horizonte ni camino que la “Luz del Norte”. Así nos quiere el Arya Marga, con Grandeza de alma y ligeros de corazón.

Con Pureza, Autenticidad y Épica.

La Pureza de quien todo lo hace sin querer ni esperar nada a cambio. De quien libera su actuar de todo interés particular y sólo busca en la acción, la expresión de la Luz y el Calor del Espíritu.

Autenticidad de quien sabe que el camino es arduo… De quien sin complejos ni dramas sabe que tiene debilidades y miedos, cicatrices y “mochila”, que todo el mundo también las tiene y que eso hace parte de la vida; pero que no pasa nada… porque se está en marcha, porque la conquista de uno mismo se gana día a día y ése, es el argumento de la vida…

Y Épica… la épica de dar lo mejor de sí mismos y afrontar el camino con determinación y alegría, dispuestos a sobreponernos a todo. A vencer al final a todo aunque caigamos cientos de veces. Porque no nos rendiremos jamás. Porque nos afirmaremos en la Verdad frente a toda estupidez u ofuscación que nos pueda alienar o encadenar, y lo haremos una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez… Sin claudicar jamás.

Todo ello en un mundo que ha arribado al “Reino del Nihilismo” y que no es sino desierto, ruido y ruinas. Pero que no nos amedrantará o dejará inermes, pues haciendo de la necesidad virtud y del veneno elixir, “cabalgaremos el tigre” del Fin del Mundo; convirtiendo la “Noche” en oportunidad y el “Reino del Nihilismo”, en escenario de un renovado “despertar”

Y esta “forja interior” será la simiente y origen de “la espada” que cortará el nudo gordiano del Kali Yuga… de la acción en el mundo que es verdaderamente transformadora, pues está enraizada en la Verdad y es la “política” más honda, ambiciosa y a su vez realista, que se pueda contemplar. La única que de verdad, puede “cambiar el Mundo”…

Pero esta “Revolución y Restauración” empieza ahora, en nosotros, que debemos convertirnos en el “Guerrero Espiritual”. En nosotros mismos y en nuestras vidas. En todo lo que hagamos. En nuestra vida personal y en nuestra vida pública o profesional. Hacia dentro y hacia fuera. Encarnándolo y a su vez dando testimonio y “haciendo apostolado”, en un propósito de vida que supera las medianías de toda aspiración burguesa de vida feliz y próspera. De todo proyecto “moderno” de humanidad…

Unas líneas estas quizás tan sencillas y claras para quien está dentro, como vagas u ociosas para quien está fuera.

Pero la “Raza del Espíritu” es la que está dentro… Y su “camino” siempre fue éste. Expresado de diferentes maneras a lo largo de los siglos pero siempre en la misma dirección. Siempre conforme a la “La Luz del Norte”. También hoy, en la Medianoche del Mundo. Recorrerlo es lo único que importa. Lo demás puede ser necesario, pero no es lo Importante

[1] Texto elaborado a partir de un artículo de Sri Aurobindo sobre el “Arya Marga”.

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