ORIENTACIONES ESPIRITUALES PARA JÓVENES CYMERIOS Tercera parte: LA VÍA DE MANO IZQUIERDA

La vía de la mano izquierda

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Tercera parte:

ORIENTACIONES ESPIRITUALES PARA JÓVENES CYMERIOS III

 

La Luz imperecedera, la tradición sapiencial y la conquista de alma…

Esos son los pilares de la rebelión y revolución contra el nihilismo moderno. Solo desde ahí puede ganarse la batalla.

Nihilismo que asola Oriente y Occidente en una era de ofuscación, alienación y fanatismo.

Frente a tanta estupidez levantemos la bandera de la lucha por un renovado ciclo de lucidez y sabiduría. De vocación heroica y visión épica y poética de la vida. De mito y símbolo como motor. De visión vertical, jerárquica y aristocrática de la existencia.

Una nueva cultura capaz de iluminar la vida y de convertirnos en personas fuertes y libres…

*

La Vía de la Mano Izquierda:

El argumento de la vida sigue siendo el mismo, los dones y adversidades de la vida también. Lo que ha cambiado son las vías y herramientas de orientación y apoyo. Lo que ha cambiado es la “tradición”….

En la Tradición, el argumento de la vida es el “progreso espiritual”, siendo el “progreso material”, un mero medio o soporte para el desarrollo de dicho argumento. Ahora, el día que la “tradición” (entendida aquí en su sentido más histórico y contingente), plantea que el “progreso espiritual” no está en manos del Hombre y que éste, poco o nada puede hacer respecto de la Trascendencia, será cuestión de tiempo que la propia “tradición”, quede relegada a un lado. Convirtiéndose en una cosa del pasado que poco puede indicar ya sobre cuál es el camino a seguir…

Esto es así, porque si el Hombre no puede acercarse o “hacer méritos” respecto de la Trascendencia, ni desde el entendimiento ni desde la ética, el “progreso espiritual” se convierte entonces en una cuestión que poco o nada tiene que ver con su vida y que por tanto, está llamada a ser dejada atrás. Relegándose a la esfera de lo meramente personal, o al recuerdo de una época “oscurantista” que “por suerte”, podemos olvidar…

Obviamente es de este modo que se habrá producido el advenimiento de la Modernidad. La cual establecerá que la Tradición ha sido superada y que el “progreso material”, es el verdadero argumento de la vida. Y que éste, puede conducirnos a la felicidad e incluso algún día, a una suerte de mundo ideal y paraíso terrenal de paz y bienestar.

La Modernidad se erige así en sustituta de la Tradición y ésta queda reducida a un paisaje de “ruinas” del pasado que aún a pesar de su encanto, bueno es que “su mundo” ya no sea el nuestro… Y sin embargo, nada parece indicar que el “mundo feliz” del progreso y la Modernidad esté próximo y más aún, parecerá claro que la desazón y el desencanto, se han convertido en el signo de nuestro tiempo. Y es que a pesar del Mundo Moderno, el argumento de la vida sigue siendo el mismo, y los dones y adversidades de la vida, también…

*

La “tradición”, en su sentido histórico y contingente, efectivamente ha quedado reducida a ruinas y por evocadora que sea, ya no es vía y herramienta de “progreso espiritual”. Estamos huérfanos de “tradición”… Ahora, dicha “tradición”, entrecomillada y con minúsculas, solo es un vehículo de la Tradición con mayúsculas, de la “Tradición Eterna”, la cual no depende de nada contingente o histórico y no puede ni gastarse ni agotarse, siendo en sí misma y siempre, fuente perenne de sabiduría y fuerza.

Lo que ha ocurrido entonces, es que dicho “vehículo”, por mor de sus desviaciones y herejías (fundamentalmente dudar del Hombre como portador de “Luz y Fuerza suficientes”[1]), dejó de ser una herramienta y vía al servicio del “progreso espiritual”, abriéndose de esta manera las puertas a la subversión moderna o lo que es lo mismo, a la Edad Oscura. Se preparo así el terreno a la Medianoche del Mundo que hoy día es ya, el signo de nuestro tiempo.

Pero la Luz de lo Alto no se aparta y es posible aún huérfanos de “tradición” y en pleno Kali Yuga, recorrer el Camino del Espíritu y dar cumplida realización al argumento de la vida. Es posible hacer de la “necesidad virtud” y “cabalgar el tigre” de la Modernidad, convirtiendo a ésta en oportunidad de un nuevo despertar. De un nuevo comienzo en el que los paradigmas del mundo moderno, son dados las vuelta para decantar justo lo contrario, y en el que la “revolución espiritual”, ya no depende del pasado para echar a andar, pues la fuente de la que se nutre no está “más atrás”, sino en “lo Alto y en lo Profundo”. Es decir, en lo Eterno e Inmutable, y en el centro del Corazón…

Esa es la Vía de la Mano de la Izquierda. El Camino del Espíritu para cuando llega la Medianoche del Mundo. La Revolución que necesita nuestra época. Esa que forja nuestras almas en la “Llama Imperecedera” y convierte nuestras vidas, en una Espada capaz de hacer del Tigre de la Modernidad, no la “Bestia del fin del Mundo”, sino la montura del Héroe…

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[1] Será interesante señalar aquí, cómo esa herejía que duda de que el alma humana contenga “Gracia Suficiente” como para recorrer el “Camino del Espíritu”, se ve a su vez acompañada y como en contrapartida, de la herejía “luciferina” por la cual el Hombre por sí mismo, en su mero “yo” más contingente, es ya casi un “dios en la Tierra”. Ambas herejías serán muy sintomáticas del desorden moderno y frente a ambas se posiciona la Tradición. Pues para ésta, hay “Gracia Suficiente”, pero por delante y hasta la “Realización del Espíritu” en nuestras almas, hay también un largo camino de disciplina, esfuerzo y perseverancia. Camino cuya parada final no es sino una victoria interior en la que precisamente, ese “yo contingente”, es superado. Tanto en sus debilidades, como en su vanidad ególatra de no querer ser dejado atrás…

Se hacen llamar LAIESKEN, y son una fratria guerrera del siglo XXI…

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Me invitaron a pasar un fin de semana con ellos en una preciosa masía en la Garrocha. Allí entre hayas y robles se entrenó el cuerpo, los músculos y la lucha cuerpo a cuerpo. Pero también en alma… con ponencias, tertulias, meditación y camaradería. Una de las ponencias la impartí yo mismo y es ésta que ahora comparto en “La Forja y la Espada”.

El más joven de ellos tiene poco más de 20 años. El mayor poco más de 30. Cada uno de ellos en sí mismo tan auténtico y cercano como singular. Algunos con algo como de “personajes” de la Tierra Media; como montaraces pensativos y graves, o enanos fuertes, duros y callados, o arqueros elfos de mirada perspicaz, o recios jinetes de Rohan… Otros con algo como de renovadas tribus urbanas en las que fuera posible, que Ian MacKaye hiciera de Jünger su referente, o que Eddie Cochran se convirtiera a la Tradición Eterna. Y otros también con algo como de barbudos visigodos enamorados de la antigua Grecia, mientras uno más, más vulnerable e inseguro, nos conquistaba sin embargo a todos con su carácter entrañable y carismático.

Pero en definitiva y en lo importante, en todos ellos una nueva y esperanzadora juventud a la que el nihilismo moderno les parece mediocre e idiota. Una juventud que hace de la Lucidez, la Fuerza y la verdadera Libertad, el antídoto seguro frente a la ofuscación y estupidez de nuestro tiempo.

Son así buscadores convencidos del “Fuego Secreto” y nada ni nadie les va hacer abandonar su objetivo. Son Guerreros del Espíritu y hay futuro si hay Camino y ellos, están haciendo Camino…

LAIESKEN

Erase una vez unos niños que jugaban a ser caballeros, bárbaros y magos que salvaban princesas y mataban dragones. A medida que crecían se fijaban referentes que a la mayoría resultaban anacrónicos o fantasiosos. Niños y adolescentes que preguntaban demasiado,  a los que no les cuadraba casi nada, que se repetían: «debe existir algo más». La pretensión de ser Héroes en un mundo moderno sigue viva en nosotros y ahora tenemos la certeza de que hay algo más. Un conocimiento profundo que nos abre las puertas de una realidad Trascendente. Una realidad Trascendente que exige un Camino. En este Camino, cada hombre se deberá enfrentar a sus propios demonios solo, pero escogemos compartir Dirección… Somos un grupo de hombres que aspiran a Héroes, a la conquista y el conocimiento de lo Trascendente bajo y por la gracia de Dios Padre en los Cielos. Y a pesar del escenario moderno que hemos escogido vivir, no nos retiramos ni nos escondemos; nos mantenemos en pie en un mundo en ruinas y no nos damos a la desazón ni a la desesperanza. Si hemos nacido en este tiempo es porque nos va la marcha, y juntos marchamos en este Camino, avanzando alegres a base de esfuerzo y disciplina para conocernos y hacernos fuertes física y mentalmente y en nuestra percepción y relación con el mundo. Nuestro referente, las “mannerbünde”, las cofradías guerreras de la antigua Europa, grupos de hombres libres en los que se forjan, más que hombres y amigos, Héroes y Camaradas…

 

Pep.

 

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Gonzalo Rodríguez Gonzalo Rodríguez García es doctor en Historia por la Universidad de Castilla-la Mancha. Su tesis doctoral trató sobre la antigua Hispania céltica y su cultura guerrera. Formado en filosofía e historia sigue la línea doctrinal de la Sophia Perennis y la Escuela Tradicionalista.

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