Al ingente e impresionante desarrollo económico técnico de la Modernidad, le ha acompañado una bancarrota espiritual que es ya, uno de los rasgos fundamentales del mal estar de nuestro tiempo. La vulgaridad, la necedad, la ofuscación, el fanatismo, la bajeza, el mal gusto, el sin sentido, la neurosis y el absurdo, se unen en un mismo crisol configurando una corriente de fondo que no por subterránea, deja de ser presente y característica de los tiempos modernos. Una suerte de “progreso decadente” en el que el éxito en la consecuención del bienestar material, propio de la esfera de lo “necesario”, parece haberse pagado con un vaciado total de la esfera de lo “importante”. Es decir, como si la consecución del horizonte del “tener” y sus demandas, lo hubiéramos comprado a costa de vaciar la esfera del “ser”, abocándonos así al nihilismo. Al “desierto espiritual” de la Modernidad…
Frente a esta situación, la búsqueda de una respuesta y alternativa nos lleva más allá de los horizontes de la política y acerca a los ámbitos de la religión. Allá donde al repensar la Modernidad, su origen y sentido último, encontramos un proceso de caída en la tensión y vivencia de lo espiritual que será tanto, la semilla del nihilismo que nos corroe, como la pista de cuál debe ser el punto de partida para remontar…
De todo ello, trata esta conferencia.
*Ponencia impartida en una celebración odinista llevada a cabo en España con motivo del equinoccio de primavera.
LA REGENERACIÓN ESPIRITUAL DE EUROPA Y OCCIDENTE por Gonzalo Rodríguez está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Medio en broma, medio en serio, hace años que digo que desde la época de Platón el ser humano solo avanza en tecnología y que cada vez más está sociedad nuestra es una copia casi idéntica a lo más patético del imperio romano, donde para entretener a las masas ponían leones en el circo. Resulta curioso o al menos a mí me lo parece, cómo se lleva a las personas a volverse completamente escépticos adorando al dios de la ciencia que mira solo el cuerpo humano como trozos separados que deben diseccionar se cada vez más o aquellos que como bien dices, obedecen a un dios o una religión pre-juiciosa y que incita a la sumisión sin preguntar si es o no justo.
Creo firmemente que la Historia y la Filosofía deberían estar más presentes en la enseñanza; pero en esto como en todo, también vemos que algunos se empeñan en enseñarnos»su religión histórica» olvidando que la magia, los secretos ocultos y determinadas excavaciones arqueológicas están ahí, fuera de la enseñanza ortodoxa y que muestran cosas asombrosas de épocas en la historia de este planeta que no son exactamente como nos contaron de pequeños.
Gracias por este blog que aporta tanto, por tu canal de Youtube que nos hace pensar y discernir sobre nuestra existencia y sobre todo, gracias por hacernos creer de nuevo en que nuestra parte divina sigue latente y hay que cultivarla.
Un abrazo.