La fundación Ego de Kaska promueve el desarrollo y promoción de actividades y eventos dentro del ámbito cultural, científico y docente, con vistas al fomento y encuentro de la comuniad cubana en el exilio y la diáspora. Todo ello a través de un amplio programa editorial y divulgativo dentro del cuál se encuentra el “Premio de ensayo Ego de Kaska”. El ganador de dicho premio este año ha sido el autor Armando de Armas.
Seguidor nuestro desde hace tiempo, nos solicitó a través de una amiga común que escribiéramos si fuera posible el prólogo a su ensayo. Así lo hicimos.
El ensayo con el correspondiente prólogo se acaba de publicar…
Fuerza y Honor!
*
“Tu corazón ha sido siempre un perfecto extraño del temor. Esta es una batalla divina, por tanto no temas dar muerte a otros, ni ser matado. La realidad que abarca el universo es la Vida inmortal. El cuerpo es perecedero. El alma, lo real en el hombre, o el hombre real, es imperecedera, inmortal. El alma no mata ni es matada. Más allá del nacimiento y la muerte, constante y eterna, está el alma. El conocedor de esta verdad ni extermina ni es exterminado»…
“Las armas no pueden atravesar el alma. El fuego no puede quemar el alma. El agua no puede mojar el alma. El viento no puede secar el alma. Sabiendo esto, Arjuna, sé un mero instrumento.”
*
Este es un libro sobre la Tradición. Sobre la Tradición y la creación poética y literaria. En el sentido de que dicha “creación” sólo es poiesis, y por tanto es objetiva y verdadera, y no mero ejercicio del ego y la subjetividad, si está enraizada en la Tradición. Que aquí es tanto como decir enraizada en el “Espíritu”. Entendido éste a la manera en que lo señala el maestro Juius Evola cuando nos habla de “la existencia, victoriosa y creativa, en el Mundo; de lo que no es de este Mundo”. “De un poder que es más fuerte que cualquier poder material y meramente humano”…
La “creación poética y literaria” entendida así, como la acción causal que convierte, y como dice Platón, “cualquier cosa que consideremos, del no-ser, al ser”. La acción poética entonces como una acción propia de un “vate”. De una superior “autoridad espiritual”. Una auctoritas que cómo señala Giménez Caballero, hace del poéta, el “macho de la politica”. Pues preña con su “acción espiritual” al lider político propiamente dicho, al gobernante, convirtiéndolo en su continuador, paladín y ejecutor. Y a su labor, en una labor sagrada. Y esa es su prerrogativa, pero también su tremenda responsabilidad.
De ahí la importancia de la poiesis, y la ruina de las sociedades que dejan de saber de ella, y sustituyen al vate, al poeta, por el mero “intelectual”…
Ese es el sentido del “realismo metafísico” que aquí se estudia y trata de comprender. Esa es la “teoría del arte” que subyace a dicho realismo cuando se aplica a la “creación literaria”, o se “desvela” desde ésta, y nos descubre lo perdido y ciego del subjetivismo moderno y sus caprichosas creaciones, y la grandeza por contra de la Tradición.
El “realismo metafísico” es la manera más real de entender y afrontar las cosas, de hacernos cargo de nosotros mismos, nuestra vida y el mundo que nos rodea. También de organizar nuestra convivencia y sociedad. La más propia del Hombre, toda vez éste deja de ser una mera casualidad, y recuerda “ser un sentido y un destino”. Toda vez que es entendido de manera eminente y tal como decía José Antonio Primo de Rivera, “como portador de valores eternos”. Siendo esta una de las afirmaciones más rebeldes y disidentes frente al nihilismo moderno, que haya pronunciado nunca político alguno.
Es a partir de aquí que esta idea de “realismo metafísico”, se comprende en todo su poder, para transformarnos y transformar las cosas; “haciéndolas pasar del no-ser al ser”, tal como hemos indicado antes parafraseándo a Platón. Y también a partir de aquí, se comprende la importancia de la cuestión aquí tratada. Que es la cuestión de la poiesis. De la poesía “objetiva y verdadera”, ejercicio de “realismo metafísico”, libre de las adherencias subjetivas y afectadas del ego. Adherencias desde las cuales la Modernidad ha querido unilateralmente contreñir la creación artística y literaria.
Siendo así y como era de esperar, el arte y la poesía del mundo moderno han terminado por caer en la vacuidad, el capricho, el subjetivismo, la sordidez, la degeneración… Y lo que es peor: la irrelevancia.
Ya no hay vates que señalen norte y dirección, altura y profundidad, sentido y destino. No hay auctoritas. Sólo gobernantes… e integristas de la Modernidad, reconvertida ya en “political correctness” y que vigilan más que nada, para que “no vuelva el realismo metafísico”…
También por eso merece la pena leer estas líneas. Porque son rebeldes. Porque son “rebelión contra el mundo moderno”. Desde las letras, desde Homero. Desde Perménides. Desde Heráclito. Desde Platón. Desde Dante. Desde William Blake. Desde William Butler Yeats. Desde Ernst Jünger. Desde Adolph Huxley. Desde Dostoyevski. Desde Hölderlin. Desde Eugenio Dórs. Desde Donoso Cortés. Desde Ezra Pound. Desde René Guenon. Desde Julius Evola. Desde Mishima. Desde Beato de Liebana. Desde la Gita. Desde san Juan evangelista…
Rebelión. Contra la Modernidad y su nihilismo. Por volver a la creación poética verdadera. La que es solve et coagula. “Espiritu materializado. Y materia espiritualizada”. La que es “Iniciación”. La que es… Realismo Metafísico.