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Gonzalo Rodríguez - page 18

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Viriato y Numancia II: Paz y Traición

en Cultura Celta/Historia por
Recreación del duelo de Intercatia entre Escipión y un guerrero bárbaro vacceo en el 151 a.C. (según Sanz Mínguez y Velasco Vázquez 2003).

La conquista romana de Hispania: Viriato y Numancia Parte II.

Entre el 154 y el 133 a.C.

-20 años de guerras-

Parte II: La paz de Marcelo, la guerra contra los Vacceos y la traición de Galba

La conquista romana de Hispania duró cerca de doscientos años. Dos siglos en los que a lo largo de un arduo proceso los pueblos célticos, ibéricos y celtibéricos pasaron a formar parte de Roma. Durante ese tiempo se sucedieron grandes episodios históricos así como grandes momentos de épica y heroísmo: la Segunda Guerra Púnica, las Guerras Celtibéricas y Lusitanas, las Guerras Sertorianas, la Guerra de César y Pompeyo, las Guerras Cántabras… Y quizás en todo este proceso y como paradigma de la resistencia indígena a la conquista romana, las luchas de Viriato y de Numancia. Lusitanos y Celtíberos frente a los invasores romanos de mano respectivamente, de un líder guerrero y de una ciudad, tan pequeña como indomable…

 

Es verdad que también tuvimos unas Guerras Cántabras. Guerras en las que las armas de Roma sufrieron hasta la extenuación para conseguir la victoria y en las que incluso el propio Augusto, sufrió en sus carnes la dureza y resistencia de los montañeses. Pero quizás porque la guerra de Viriato y la guerra de Numancia son en gran medida contemporáneas, y porque queríamos hacer una suerte de cronograma que recogiese año a año cómo se sucedieron los acontecimientos, nos hemos centrado en Viriato y Numancia.

Ojalá más adelante tengamos también tiempo para hacer lo mismo con las Guerras Cántabras…

La presente crónica no pretende ser exhaustiva o académica y si bien se elabora desde el rigor su vocación es fundamentalmente divulgativa. En este sentido y en orden a facilitar la lectura recogeremos al final de cada parte las fuentes bibliográficas pero no las trasladamos al texto más que puntualmente.

*

Parte II: La paz de Marcelo, la guerra contra los Vacceos y la traición de Galba

152 a. C.-

*Claudio Marcelo y Marco Atilio serán los nuevos gobernadores de Hispania, de la Citerior y la Ulterior respectivamente.

Atilio, en vista de la oleada de bandas saqueadoras provenientes de la Lusitania que ha sufrido el sur de Hispania el año anterior, marchará al interior Peninsular a castigar a los Lusitanos en su propio territorio. Tomará una ciudad lusitana de nombre Oxtraca, y aniquilará hasta setecientos lusitanos, sembrando el terror entre las tribus de las cercanías, entre ellas y según el propio Apiano, algunas de tribus de vettones limítrofes con los lusitanos (Iber. 58) (interesante resaltar como está acción de castigo en el interior Peninsular y contra las bandas de saqueadores lusitanas, incluirá también a sus vecinos los vettones). En todo caso una vez finalizada la campaña y regresado al sur el gobernador romano, los lusitanos y vettones volverán a las armas atacando en esta ocasión, a aquellos de entre los lusitanos y vettones que habían acatado la autoridad de Roma. Parecerá poder reconocerse aquí un enfrentamiento entre los propios hispanos, entre anti-romanos y pro-romanos. Enfrentamiento que más adelante podremos volver a ver en las guerras de Viriato y de Numancia.

*Marcelo por otra parte llegará a la Citerior con 8000 hombres y 500 jinetes. Primero atacará ciudades rebeldes dentro de la Celtiberia sometida a Roma, tomando Ocilis y Nertobriga, prometiendo esta última como precio por la paz, enviar a Marcelo tropas auxiliares de caballería. Y después pasará a atacar la Celtiberia interior y no sometida, cuya cabeza era Numancia. De camino a ésta le atacarán la retaguardia robándole los bagajes y aprovisionamientos, y cuando lleguen los auxiliares de caballería provenientes de Nertobriga, estos afirmarán no saber nada de ese ataque a la retaguardia romana (quien atacó la retaguardia de Marcelo no lo sabemos… ¿Saqueadores independientes siguiendo a un jefe? ¿Un grupo incontrolado de nertobrigenses?). Marcelo en cualquier caso considerará rotos los pactos de paz y a pesar de que los jinetes celtibéricos afirmaron ser ajenos a la violación del tratado, Marcelo los tomará como prisioneros, venderá sus caballos, y volverá hacia Nertobriga con intención de ponerla sitio. Al llegar a Nertobriga los celtiberos tratarán de establecer nuevas condiciones para la paz[1]. Lusones, Belos, Titos y Arévacos depondrán su actitud hostil, y los celtiberos, apelarán a los acuerdos de paz pactados con Graco en el 179 a.C. ofreciéndose a pagar una indemnización por la guerra. La situación se ponía así favorable para Marcelo, los celtiberos mismos ofrecían la paz y se atenían a los pactos con Graco que habían proporcionado 25 años de estabilidad.

Marcelo enviará representantes de las tribus al senado para sellar el acuerdo así como para dirimir la cuestión de los sublevados, pues un sector de los celtiberos reclamaba castigo para los rebeldes. Al mismo tiempo Marcelo enviará por su cuenta una misiva al senado recomendando la paz. Sin embargo el senado no aceptará los acuerdos de paz de Marcelo y exigirá una sumisión total, ajena a cualquier trato de igualdad. Capitaneando el bando beligerante del senado estará Escipión Emiliano, el futuro destructor de Numancia…

Marcelo mientras tanto se dirigió a Numancia, acampando en la actualmente conocida como colina del Castillejo, donde más adelante lo hará también Escipión. Los numantinos le enviarán un legado de nombre Litenón ofreciendo la rendición de los Belos, Titos y Arévacos. Marcelo aceptó la rendición y se regreso a los acuerdos de paz hechos con Graco en el 179 a.C.

Se volvía así a la situación de paz surgida tras la primera guerra celtibérica y que había ubicado la frontera romana en la Citerior, cortando por la mitad el territorio celtibérico.

*Nos encontramos así con que en el 152 a.C. Marcelo conseguirá poner fin al primer conflicto de Numancia, originado en las murallas de Segeda. Los segedanos y celtíberos sometidos previamente a los romanos, volvían a los acuerdos de paz del 179 a.C. y Numancia, bastión de la rebelión, quedaba pacificada pero como ciudad independiente. Para cuando llegue el siguiente gobernador de la Citerior, éste encontrará una Celtiberia sin rebeldes y en paz. Marcelo había conseguido apagar el conflicto y hasta nueve años después la guerra volverá a estallar.

*En Roma se eligió un nuevo gobernador para la Hispania Citerior en la persona del ambicioso Lúculo, y a éste se unirá un joven Escipión ansioso de botín y victorias y defensor a ultranza, de continuar la guerra contra los celtiberos. Llegados a Hispania y con la Celtiberia pacificada, antes que volver a Roma con las manos vacías, se decidirán a atacar deliberadamente y por pura depredación a los pueblos del interior de la Meseta. Será la primera campaña de Roma contra los vacceos…

151 a.C.-

*El año 151 a.C. Hispania sufrirá los gobiernos de los dos pretores de más infausta memoria, Lúculo en la Citerior y Galba en la Ulterior. La acción de ambos no se olvidará entre los pueblos hispanos y el propio Apiano, referirá la ignominia de ambos (Apiano Iber. 55 y 60). De hecho para el caso de Galba, en sus traiciones se sembrará la semilla de la futura guerra de Viriato.

*Lúculo llegará a Hispania dispuesto a hacer botín a costa de los celtiberos, y se encontrará sin embargo con que éstos, de la mano de las habilidades diplomáticas de Marcelo, han vuelto a los acuerdos de paz del 179 a.C. En vista de la situación, y no dispuesto a marchar con las manos vacías, se internará en territorio vacceo con la excusa de que los vacceos, hasta ese momento ajenos y en paz con Roma, hostigaban a los carpetanos. Pueblo sometido desde los tiempos de Tiberio Graco.

Lúculo llegará hasta Cauca (la actual Coca), una de las principales ciudades vacceas, y la sitiará. Cuando sus habitantes traten de parlamentar para conocer el motivo de la presencia de Lúculo en sus tierras, éste dejará claras sus intenciones belicosas desatándose una primera e igualada batalla en la que cayeron alrededor de 3000 vacceos. Al día siguiente los ancianos de la ciudad, adornados con ramos y coronas vegetales, saldrán de la ciudad a pedir la paz. Lúculo impondrá unas condiciones abusivas, incluida una guarnición de 2000 hombres dentro de la ciudad. Una vez dentro ordenó sin embargo el ataque y la ciudad fue saqueada a sangre y fuego, llenando según Apiano de infamia a los romanos (Iber. 52). Algunos de los habitantes de Cauca conseguirán huir y se refugiarán en el monte y en ciudades vecinas. Los vacceos quedaban avisados de la clase de hombre que andaba por sus tierras…

Saqueada Cauca, Lúculo marchará ahora a través de una gran extensión de territorio deshabitado hasta llegar a Intercatia (quizás la actual Villalpando en Zamora), donde ofreció una alianza de paz a la ciudad vaccea. Al ofrecimiento del romano los habitantes de Intercatia respondieron si era un pacto del mismo tipo que el que ofreció a Cauca, con saqueo y traición incluida en el lote. Lúculo irritado con el reproche (Apiano. Iber. 53) pondrá entonces sitio la ciudad. Los indígenas responderán haciendo uso de la guerra de guerrillas y lanzamiento de dardos.

Durante el sitio, uno de los bárbaros de Intercatia desafiará en repetidas ocasiones a los hombres del ejército romano a un combate singular, a una lucha de campeones, burlándose después de ellos con una danza en actitud despectiva. Los romanos durante un tiempo no se decidirían a hacer frente al desafió del bárbaro, pero finalmente el joven Escipión herido en su orgullo de romano aceptará el envite. El joven Escipión conseguirá la victoria frente al, según Apiano, “enorme oponente” y eso a pesar de que según también Apiano, Escipión era un hombre menudo (Apiano, Iber. 53). El valor y el éxito de Escipión en tan apurado trance le dieron posteriormente fama en toda Roma, y le granjeo el prestigio entre los vacceos de Intercatia.

Recreación del duelo de Intercatia entre Escipión y un guerrero bárbaro vacceo en el 151 a.C. (según Sanz Mínguez y Velasco Vázquez 2003).
Recreación del duelo de Intercatia entre Escipión y un guerrero bárbaro vacceo en el 151 a.C. (según Sanz Mínguez y Velasco Vázquez 2003).

La lucha en cualquier caso continuará… con episodios de jinetes bárbaros corriendo y profiriendo aullidos alrededor del campamento romano durante la noche, mientras sus compañeros desde el interior de Intercatia les hacían eco (lo que según Apiano (Iber 54) sembrará de un temor “extraño” a las tropas romanas). Y con episodios de armas de asedio romanas derribando parte de las murallas de la ciudad y lucha encarnizada en el interior de la misma, consiguiendo los vacceos rechazar el ataque romano, y reconstruir las murallas durante la noche. Por otro lado el hambre empezaba a afectar a ambos bandos, especialmente al bando romano y en éste, muchos soldados serán presa de la disentería. Finalmente Escipión se hará fiador de una salida pactada al asedio, asegurando que no ocurriría lo sucedido en Cauca. Los bárbaros confiaron en su palabra y aceptaron el trato. Lúculo recibirá de la ciudad vaccea 10000 sagos, un número fijado de reses y cincuenta rehenes. En cambio el oro y la plata, que era lo que venía buscando, no lo encontrará. Los celtiberos de estas regiones a decir de Apiano, ni lo tenían ni lo estimaban (Iber. 54).

Tan exangüe botín no dejará satisfecho a Lúculo y en una acción de puro depredación, se decidirá a avanzar hacia el interior de la Meseta y atacar Palentia (la actual Palencia). La decisión era ciertamente temeraria, pues Roma se adentraba en territorios en los que nunca había estado, muy alejada de sus fuentes de aprovisionamiento y rodeada por todos lados, de pueblos bárbaros ajenos al poder de Roma…

La campaña frente a Palantia fue así un desastre, la ciudad resistió, y la caballería cántabra, aliada de los vacceos, hostigo al ejército romano causándole muchas bajas. Éste, imposibilitado por la caballería enemiga para abastecerse y debilitado para hacer frente a un nuevo asedio, finalmente se replegará sin haber conseguido nada. Debiendo marchar en formación cuadrada y perseguido por los de Palantia hasta el Duero. Una vez cruzado el río, Lúculo marchará ya hacia la Turdetania a pasar allí el invierno. Siendo este el final de la primera guerra contra los vacceos, por la que Lúculo, según se lamenta Apiano, ni siquiera fue sometido a juicio (Iber. 55).

La campaña de Lúculo fue sangrienta, cara, injusta, muy pobre en resultados y hasta vergonzosa para Roma. Al mismo tiempo en la Ulterior, el gobernador de la misma, tampoco se cubrirá precisamente de gloria…

*Galba, pretor de la Ulterior, se encontró al llegar al sur de Hispania con que la pacificación llevada a cabo por su sucesor (recordemos Marco Atilio) no había resultado, y lusitanos y vettones seguían en armas, esta vez hostigando a los lusitanos pro-romanos. Al igual que Atilio, Galba se internará entonces en la Lusitania y tras un primer choque, los lusitanos fingirán retirarse, Galba diseminará entonces su ejército para perseguir a los huidos y éstos, reagrupándose sorpresivamente, volverán a la carga contra los romanos causándoles 7000 bajas. El mismo Galba estará a punto de perder la vida y sólo gracias a su caballería conseguirá huir y refugiarse en Carmona, donde reagrupará a sus hombres y buscará apoyos entre los íberos de la zona.

Llegado Lúculo a la Turdetania tras su funesta campaña contra los vacceos, y en una operación conjunta con Galba, saldrán ambos gobernadores al encuentro de los Lusitanos, que según las fuentes, saqueaban la Ulterior y se disponían a cruzar el estrecho por Gades (Apiano. Iber. 59). Los romanos les propiciarán una severa derrota con más de 5000 bajas en el bando lusitano. Aprovechando la victoria, ambos gobernadores marcharán ahora sobre la Lusitania devastando todo a su paso. Llegando así el conflicto a una cierta situación de revés para los lusitanos. Estos enviaron entonces legados a Galba para pactar un regreso a las condiciones pactadas con Atilio (volver a un pacto previo, como Marcelo con los celtíberos y la paz de Graco). Galba les recibió, e incluso fingió compadecerse “de su falta de tierras y pobreza, que les empujaba a romper los pactos” (Apiano. Iber. 59).

Los propuso entonces que se dividieran en tres grupos, que depusieran las armas, y esperarán en un lugar convenido, distinto para cada grupo. Allí les haría entrega de lotes de tierra y se edificarían nuevas ciudades.

Llegado el momento y sin embargo, les rodeó con un foso y envió a sus soldados para que los aniquilarán a todos; hombres, mujeres y niños, aprovechando que estaban desarmados. Muy pocos de entre ellos consiguieron escapar a semejante trampa y traición, pero entre ellos estará un lusitano, que en el futuro se ganará el apodo de Viriato (algo así como “el portador del collar de la victoria”). Un guerrero que nunca olvidará la felonía y que hará de su lucha contra Roma una verdadera pesadilla para ésta. Cinco años después de tan repugnante episodio, Roma recogerá los frutos amargos de su ignominia. La guerra de Viriato comenzaría…

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Tito Livio. Historia de Roma desde su fundación, XXXI-XXXV, XXXVI, XL. Villar

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[1] Interesante señalar aquí como los celtíberos de Nertobriga enviarán para pactar con Marcelo a un heraldo revestido con una piel de lobo (Apiano. Iber. 48).

La leyenda del Mago Illán

en Blog/Espiritualidad por
La leyenda del Mago Illán y la Escuela de Nigromancia de Toledo

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En el programa “Queremos hablar de Toledo” de ABC Punto Radio. Acercándonos a un clásico del “Toledo Mágico” como fue su Escuela de Nigromancia, a través de la leyenda medieval del Mago Illán…

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Viriato y Numancia I: El comienzo de una larga guerra

en Cultura Celta/Historia por
La conquista romana de Hispania: Viriato y Numancia Parte I.

La conquista romana de Hispania: Viriato y Numancia Parte I.

Entre el 154 y el 133 a.C.

-20 años de guerras-

Parte I: saqueadores lusitanos y elefantes frente a Numancia.

La conquista romana de Hispania duró cerca de doscientos años. Dos siglos en los que a lo largo de un arduo proceso los pueblos célticos, ibéricos y celtibéricos pasaron a formar parte de Roma. Durante ese tiempo se sucedieron grandes episodios históricos así como grandes momentos de épica y heroísmo: la Segunda Guerra Púnica, las Guerras Celtibéricas y Lusitanas, las Guerras Sertorianas, la Guerra de César y Pompeyo, las Guerras Cántabras… Y quizás en todo este proceso y como paradigma de la resistencia indígena a la conquista romana, las luchas de Viriato y de Numancia. Lusitanos y Celtíberos frente a los invasores romanos de mano respectivamente, de un líder guerrero y de una ciudad, tan pequeña como indomable…

 

Es verdad que también tuvimos unas Guerras Cántabras. Guerras en las que las armas de Roma sufrieron hasta la extenuación para conseguir la victoria y en las que incluso el propio Augusto, sufrió en sus carnes la dureza y resistencia de los montañeses. Pero quizás porque la guerra de Viriato y la guerra de Numancia son en gran medida contemporáneas, y porque queríamos hacer una suerte de cronograma que recogiese año a año cómo se sucedieron los acontecimientos, nos hemos centrado en Viriato y Numancia.

 

Ojalá más adelante tengamos también tiempo para hacer lo mismo con las Guerras Cántabras…

 

La presente crónica no pretende ser exhaustiva o académica y si bien se elabora desde el rigor su vocación es fundamentalmente divulgativa. En este sentido y en orden a facilitar la lectura recogeremos al final de cada parte las fuentes bibliográficas pero no las trasladamos al texto más que puntualmente.

 

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Parte I: saqueadores lusitanos y elefantes frente a Numancia.

154 a.C.-

*Reaparecen los lusitanos en la Ulterior[1]:

Los lusitanos, entre el 194 a.C. y el 185 a.C., ya se habían dejado caer por la Ulterior para someterla a saqueos y robos. Al parecer en algunos de estos casos, en connivencia con algunas ciudades turdetanas que pretenden sacudirse el yugo romano, mediante la ayuda los guerreros lusitanos.

Roma en todo caso ya los había hecho frente, y desde el 185 a.C. y la campaña en el interior Peninsular en territorio lusitano y carpetano, no habíamos vuelto a tener noticias de bandas de saqueadores por la Ulterior. En el 154 a.C., treinta años después, la cosa cambia, y como premonición de lo que acabará siendo una larguísima guerra, los lusitanos vuelvan a atacar el sur Peninsular…

Al frente de los lusitanos estará un caudillo de nombre Púnico (¿con ese nombre quizás un renegado cartaginés?). El pretor de la Ulterior les hace frente ayudado por su par de la Citerior, pero es derrotado y pierde a 6000 hombres, muriendo el propio Questor de la provincia (una suerte de “gestor” que ayuda al pretor en sus labores de gobierno). Esta victoria permitió a Púnico unir en su campaña a los vettones (interesante resaltar cómo los vettones en ocasiones formarán parte de las campañas guerreras y de saqueo de los lusitanos. Así volverá a ocurrir con Viriato). Esto permitirá a Púnico planear un ataque de gran envergadura que incluirá la Beturia (en el curso inferior del Guadiana y el Guadalquivir) y que llegará hasta el mar, atacando antiguas colonias fenicias en la costa.

*Al mismo tiempo, y muy posiblemente soliviantados por las victorias lusitanas, los celtíberos que han quedado de lado romano en la frontera de la Hispania Citerior, contravendrán al senado de Roma. Belos y Titos (dos pueblos celtibéricos) decidirán reconstruir de nuevo las murallas de Segeda, destruidas en tiempos de Graco (179 a.C.) (la primera pacificación de la Celtiberia 25 años antes, obligó a los pueblos sometidos a derruir las murallas de sus ciudades). Los celtíberos, mediante un portavoz, un anciano de nombre Caccio, harán saber a los legados romanos que Segeda no contravenía el pacto cerrado con Graco, pues este prohibía hacer nuevos asentamientos y no tanto reconstruir los antiguos. Los celtíberos ratificarán así su decisión de reconstruir la muralla de Segeda y Roma, considerará rota la paz. Empezaba la guerra…

Con los lusitanos saqueando la Ulterior, y los celtiberos en la Citerior desafiando a Roma, daba comienzo uno de los periodos para las armas romanas más difíciles de su historia.

* Púnico y los lusitanos y vettones continuarán por su parte los saqueos en la Ulterior, arrasando las costas en territorio blastofenicio (básicamente las costas de la actual Málaga) y ocupando sus ciudades. Al parecer en el asedio a una de estas ciudades perderá la vida el caudillo Púnico, debido al impacto de un proyectil de honda en la cabeza. El hecho en todo caso de que estas partidas de saqueadores sean capaces de derrotar a ejércitos romanos y de asediar ciudades, nos debe llevar a pensar a que eran algo más que meras partidas de bandidos y de que realmente, nos encontraríamos frente a campañas muy organizadas y planeadas señal de instituciones y estructuras político-guerreras complejas.

153 a.C.-

*A Púnico en el mando le sucederá Caisaros, que continuará las razzias y derrotará terriblemente al nuevo pretor romano para la Ulterior. En este caso mediante una estratagema que posteriormente usará en diversas ocasiones Viriato: desbaratar la formación romana fingiendo una retirada y volviendo luego al ataque, derrotar a los romanos al obligarlos a luchar desordenadamente. Roma perderá 9000 hombres y numerosas insignias, las cuales después serán paseadas como trofeo por los lusitanos por la Celtiberia, según Apiano “a modo de burla” (Iber.56). Este detalle resultará muy interesante, pues los hispanos, ya sean lusitanos o celtíberos, aún desunidos, parecerá que con este “lucir” las insignias romanas a modo de trofeo, estarían indicando tanto la idea de Roma como enemigo común, como la idea de afinidad de fondo entre los distintos pueblos de Hispania. Es así que Estrabón hablando de los pueblos de Hispania dirá: “Su división en pequeños estados y su orgullo local no les permitía unirse en un lazo común, lo que les privaba de fuerza suficiente para repeler conjuntamente una agresión venida de fuera. Así pues, si hubieran logrado juntar sus armas uniéndose en una confederación potente, los romanos no hubieran llegado nunca a dominar sus tierras” (III.4.5).

En todo caso y en la Ulterior las armas de Roma quedaban derrotadas frente a los lusitanos y Lucio Mummio, que así se llama el gobernador romano derrotado por Caisaros, reagrupará a sus hombres en los “cuarteles de inverno”, sometiéndolos a un concienzudo entrenamiento con vistas a un futuro y nuevo enfrentamiento con los “bárbaros”…

*Mientras en la Citerior y ese mismo año, Roma decidirá cortar por lo sano con el problema de los celtíberos rebeldes de Segeda y al mando del pretor Quinto Fulvio Nobilior, enviará cuatro legiones.

*Tenemos así en este momento a ambos gobernadores romanos de Hispania luchando por un lado y en la Ulterior, contra saqueadores lusitanos provenientes de áreas ajenas al poder de Roma. Y por otro en la Citerior, haciendo frente al problema de una ciudad celtibérica (Segeda) que sometida a Roma desde el 179 a.C., vive sin embargo una independencia de facto sin atenerse a tributos, fortificando sus posiciones, y desobedeciendo a los legados del senado. Las victorias lusitanas parecerán encender la rebeldía celtibérica e Hispania después de los 25 años de paz que trajeron los acuerdos con Graco en el 179 a.C., comenzaba una época de guerras tan larga como complicada…

*Llegado Fulvio Nobilior a la Celtiberia, los segedanos, que no les había dado tiempo a concluir su muralla, huirán a territorio arévaco, en la Celtiberia interior no sometida a Roma. Allí se refugiarán en Numancia, la ciudad principal de los arévacos.

Fulvio Nobilior llevará consigo un ejército consular de 30000 hombres, dos tercios de ellos itálicos. Numancia y Roma estaban a punto de chocar…

*Los celtiberos nombrarán un caudillo de nombre Caro, “hombre belicoso” según Apiano (Iber. 45), y juntarán 20000 infantes y 5000 jinetes. El 23 de Agosto, fiesta romana de la Vulcanalia, los celtiberos caerán sobre Nobilior en emboscada mientras éste cruzaba un bosque camino de Numancia. Será un revés durísimo para los romanos. Morirán 6000 ciudadanos de Roma (no aliados itálicos, sino romanos de la misma ciudad de Roma), si bien la caballería conseguirá devolver el golpe atacando a la carrera a los celtíberos mientras éstos se retiraban, llegando a matar al propio Caro “a pesar de que sobresalía por su valor” (Iber. 45). En Roma la derrota fue considerada grave y nefasta, y ningún general romano entabló batalla voluntariamente nunca más un 23 de Agosto.

*Nobilior recompondrá su ejército y continuará hasta Numancia, acampando en la llamada Gran atalaya, en la actual localidad de Renieblas. Los celtiberos eligen ahora dos jefes; Ambón y Leucón, y Nobilior no dispuesto a recibir ningún otro revés, pedirá ayuda a Massinisa, rey de Numidia (en las actuales Argelia y parte de Marruecos). Éste le enviará 300 jinetes (tropas de élite como arqueros montados) y 10 elefantes. Nobilior atacará Numancia usando los elefantes como arma de guerra y buscando el efecto psicológico del miedo y la impresión. Los numantinos salieron así a hacer frente a Nobilior y éste entonces, abrirá sus tropas y hará cargar a los elefantes, escondidos hasta ese momento en la retaguardia. Los celtiberos, que jamás habían visto un elefante, huirán despavoridos a refugiarse en Numancia, donde les alcanzará Nobilior asaltando las murallas de la ciudad celtibérica. En el asalto los celtiberos conseguirán herir a uno de los elefantes en la cabeza con una gran piedra y el elefante presa del dolor, se revolverá entre alaridos contra los propios romanos, embistiendo contra ellos y arrastrando a los demás elefantes con él, que aplastarán todo a su paso. Aprovechando la ocasión los celtiberos cargarán contra los romanos, a los que perseguirán causando muchas bajas y matando tres elefantes. Se apoderarán de insignias y armas enemigas, y no sin pagar un alto precio en sangre, volverán victoriosos a Numancia. El casus belli de las murallas de Segeda había llevado así a las legiones de Roma frente a los numantinos, y los celtiberos luchando contra elefantes y romanos, dejaban para la posteridad un episodio y estampa, de una épica digna de una superproducción cinematográfica…

*Nobilior se retirará y tratará entonces de cortar los suministros a la ciudad que le llegaban desde la celtibérica Uxama. Pero no solo no lo conseguirá, sino que además perderá un número importante de hombres tratando de conseguir su propósito. Buscará entonces refuerzos reclutando auxiliares celtibéricos en la Celtiberia sometida de la Citerior, pero los celtíberos se ha animado con las victorias de los numantinos y todos le negarán la ayuda. A Nobilior se le echa ya el invierno encima y sin haber conseguido nada se verá obligado a pasarlo en la Gran Atalaya, donde el frío y la escasez terminarán de debilitar a sus tropas.

*Ese mismo año en la Ulterior, el pretor Mummio volverá a enfrentarse a Caisaros y sus lusitanos y vettones, consiguiendo recuperar parte de las insignias y botín perdido, si bien poco durará su alegría pues otra banda de saqueadores lusitanos, aparecerá en el sur Peninsular, esta vez asolando el actual Algarbe portugués. A la cabeza de esta nueva banda guerrera estará un caudillo de nombre Cauceno. Esta banda llegará al parecer de las estribaciones montañosas del lado norte del Tajo a su paso por la actual Cáceres (Peña de Francia, Hurdes y Sierra de Gata) y en sus razzias, alcanzarán “las Columnas de Hércules”. Los saqueadores lusitanos se animarán frente al mar a cruzar el estrecho de Gibraltar y saquearán el norte de África, asediando la ciudad de Ocila. Mummio los seguirá hasta allí con 9000 infantes y 500 jinetes, poniendo fin al asedio a Ocila y derrotando a los lusitanos. Según las fuentes cerca de 15000 de éstos morirán (Apiano. Iber. 57). Mummio repartirá el botín transportable, y el resto lo quemará en honor a las divinidades de la guerra… Al volver a Roma se le concederá el triunfo De Lusitaneis.

*Interesante resaltar aquí esta banda de saqueadores lusitanos llegados del interior Peninsular capaces de cruzar el estrecho de Gibraltar, y someter a razzia el norte de África.

*Por otro lado, a pesar de las derrotas en la Citerior, el senado no se desanimará y al año siguiente enviará a Claudio Marcelo, antiguo pretor en Hispania en el 169 a.C. y vencedor de Galos y Ligures, para poner en orden las cosas en la Celtiberia. Dos nuevos gobernadores romanos llegarán así a Hispania para tratar de poner fin al problema de las razzias lusitanas en la Ulterior y de la rebeldía celtibérica en la Citerior. Como podremos ver, a punto estuvieron de conseguirlo…

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Salustio. La concepción de la Historia en Salustio. Traducción obras menores (Historias). Santos Yaguas. Universidad de Oviedo. Oviedo 1997.

Suetonio. Vida de los Césares. Agudo Cubas. Biblioteca Clásica Gredos. Madrid 1992.

Tácito. Germania. Requejo. Biblioteca Clásica Gredos. Madrid 1981.

Tito Livio. Historia de Roma desde su fundación, XXXI-XXXV, XXXVI, XL. Villar

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[1] Roma divide Hispania durante la conquista en dos provincias, la Ulterior y la Citerior. Cada una con su pretor o “gobernador”. La Ulterior corresponderá a grosso modo con el sudoeste Peninsular y será el escenario fundamental de las Guerras Lusitanas. La Citerior corresponderá con el noreste Peninsular y será el escenario de las Guerras Celtibéricas. Dicho esto también a grosso modo.

Mito, Magia y Misterio en la ciudad de Toledo

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Mito, Magia y Misterio en la ciudad de Toledo

En el programa de radio de la Escóbula de la Brújula. Con Jesús Callejo, Carlos Canales, Juan Ignacio Cuesta y David Sentinella. Acompañados de nuestro frater Julio César Pantoja y en una noche en la que la ciudad de Toledo se convirtió en un enclave encantado de Magia, Tradición, Esencia, Mito, Leyenda, Identidad y Misterio…

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Las Leyendas, la Sabiduría y el alma de los Pueblos

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LAS LEYENDAS, LA SABIDURÍA Y EL ALMA DE LOS PUEBLOS

En el programa de radio de la Escóbula de la Brújula. Con Jesús Callejo, Carlos Canales, Juan Ignacio Cuesta y David Sentinella. Acompañados de nuestro frater Julio César Pantoja y en una noche donde las Leyendas cobran todo el protagonismo. Acercándonos a la sabiduría de nuestros ancestros y al alma de los pueblos de España a través de ellas…

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El Iniciado

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Figura del Iniciado, Tradición Hermética

A partir de un fragmento de Julius Evola a cerca de la Tradición Hermética, grabamos hace un tiempo una recitación sobre la figura del Iniciado. Tuvimos la suerte de poder acompañarlo musicalmente de mano de Avencio DM y GH Records (auténtica “Vía de la Mano Izquierda” en el plano musical). Hemos querido recuperarlo para nuestro blog…

“Por definición el Iniciado es un ser oculto. Y su vida no es ni visible ni penetrable…”

 

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Licantropía, Crimen y Brujería

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LICANTROPIA, CRIMEN Y BRUJERÍA

En el programa “Queremos hablar de Toledo” de ABC Punto Radio y junto a nuestro compañero Julio César Pantoja Torrijos. Hablando del mito del Hombre Lobo y su vinculación con algunos casos de brujería y crimen relacionados con la ciudad de Toledo.

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Identidad y Tradición

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Programa de Radio, España

En Radio Castilla la Mancha, en el programa “La Colmena” y en compañía de nuestro frater Daniel Gómez Aragonés. Reivindicando la Identidad, Esencia y Tradición de las tierras Manchegas y por ende castellanas.

Buscando los referentes identitarios de una región profundamente española en la que monjes calatravos, ciudades como Toledo, personajes como Don Quijote y parajes como Ruidera configuran un escenario cargado de Espíritu y raíces.

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Cervantes, Numancia y la idea de España

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Cervantes, Numancia y la idea España

España sufre a día de hoy día un problema de conciencia identitaria. Un problema respecto del saber quiénes somos y cuál es nuestra historia e identidad. Es así que la actual crisis territorial, no es sino reflejo de una crisis de nación tras la cual subyace el problema de no saber o entender qué es España, quiénes somos los españoles y de dónde venimos.

Recordar y comprender dicha identidad, se convierte así en algo fundamental para lo cual la figura de Cervantes, podrá ser especialmente esclarecedora. Por su obra, por su vida, por el momento que le toco vivir, en Cervantes se darán todos los elementos para a través de su pensamiento, encontrar cátedra incontestable que nos ayude a conocer y entender el ser e identidad de España. Y efectivamente es así, pues es una de sus tragedias más representativas Cervantes, no dejó plasmada su idea de España…

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La cuestión identitaria se ha convertido en uno de los problemas fundamentales que afectan a España. Nuestra crisis territorial no es sino una crisis de nación tras la cual subyace un problema identitario. Un problema de conciencia de nosotros mismos y auto conocimiento. Un no saber quiénes somos y de dónde venimos que debilita los andamiajes  de nuestra constitución política y ciudadana, y nos hace pasto de las derivas secesionistas. Cuestionándose el ser mismo de España como realidad histórico política, étnico cultural y antropológica que raíz común de nuestra diversidad, es a su vez fundamento de nuestra unidad.

Subyace así a la cuestión separatista un afán de ruptura de la comunidad identitaria española. Esto es, un soslayar la raíz común que constituye a los distintos pueblos de España y un hacer de las particularidades de cada uno, diferencias de nivel superior. Diferencias a las que no podrá corresponder más que el derecho de autodeterminación y el cuestionamiento de la España común. Raíz de todos y proyecto de convivencia y unión para unos pueblos y gentes que al fin y a la postre, son hermanos.

Se retorcerán así los conceptos y las palabras y se tergiversará la historia, planteando toda disensión acaecida en el proceso histórico político de España, como reflejo de un tiránico centralismo frente al que solo quedaría el anhelo de independencia.

Al mismo tiempo, un progresismo mal entendido en el que pesan todavía complejos y manías respecto del franquismo, habrá facilitado el camino al separatismo y sus tergiversaciones. Pues frente a la argumentación de los nacionalismos secesionistas, esos complejos habrán impedido generar un discurso sólido, articulado y veraz, capaz de ofrecerse a los españoles como narrativa identitaria común. Discurso por ende capaz, de desenmascarar las tergiversaciones del separatismo.

Mucho se oye hablar así del pueblo catalán, vasco o andaluz, y a penas se dice nada respecto del pueblo español. Entendido éste como el conjunto de pueblos hermanos y de raíces comunes del que formarían parte integral vascos, catalanes o andaluces. Hasta tal punto es así que para algunos, España sería solo un constructo jurídico superpuesto a unas naciones libres y autónomas, entre las que debería haber poco más que una relación de buena vecindad…

Nosotros creemos que esto no es así…

Cierto es que durante los últimos 40 años, hemos asistido al lento pero continuado proceso de demolición de la identidad histórica española. Por la vía de la relativización y el complejo, y por la vía del nacionalismo separatista. Pero la realidad de España y sus regiones y nacionalidades es otra. Y la constitución política de España, no es sino la plasmación  de una hermandad de fondo entre gentes y pueblos que tienen mucho más en común que diferencias. Gentes y pueblos que durante siglos y con luces y sombras, alianzas y enfrentamientos, han configurado una de las identidades más antiguas de Europa. Recordar y entender dicha identidad, reencontrarnos y reconciliarnos con ella, se convierte así en cuestión fundamental.

Para dicho fin, la figura de Cervantes se mostrará especialmente esclarecedora. Por su obra, por su vida, por el momento que le toco vivir, en Cervantes se darán todos los elementos para a través de su pensamiento, encontrar cátedra incontestable que nos ayude a conocer y entender el ser e identidad de España. Y efectivamente es así, pues es una de sus tragedias más representativas, Cervantes quiso dejar plasmada su idea de España. Idea para su época y para aquel tiempo, pero idea que aún pasados los siglos, hoy día sigue resultando tremendamente aleccionadora…

España y la profecía del Duero.

Rondaba ya los cuarenta años cuando Cervantes escribió “El cerco de Numancia” (Año 1585). Tragedia renacentista sobre el fin de la Numancia celtibérica frente a Roma, y tras un penoso asedio en el que lo numantinos prefirieron quitarse la vida a ser derrotados por el hambre o entregarse a la esclavitud. El episodio de la heroica ciudad celtibérica y su suicidio colectivo frente al general romano Escipión, habría servido así a Cervantes de inspiración para una de las obras de teatro más interesantes del Siglo de Oro. Pudiendo extraerse de la misma varios contenidos morales con la excusa de la sufrida guerra numantina: el amor a la libertad, la dignidad del vencido, la muerte honrosa, la victoria sin honra, etc… Sin embargo, entre estos temas se dará también una honda reflexión sobre el ser, la historia e incluso el destino de España. Reflexión que viniendo de Cervantes, no debe pasarnos desapercibida ni ser relativizada.

Dividida en cuatro jornadas, la obra en la primera de ellas, nos plantea ya lo esencial del argumento. El general romano Escipión por encargo del senado asume la “difícil y pesada carga” de rendir la ciudad celtibérica de Numancia. Subido a una peña Escipión arenga a los desmoralizados soldados romanos diciendo como sigue: “Avergonzaos, varones esforzados, porque a nuestro pesar, con arrogancia tan pocos españoles y encerrados defienden este nido de Numancia. Diez y seis años son, y más, pasados, que mantienen la guerra, y la jactancia de haber vencido con feroces manos millares de romanos”.

Los soldados turbados por las palabras de Escipión juran ponerse de su lado en la lucha contra Numancia, siendo entonces que se anuncia la inesperada llegada de unos embajadores numantinos que quieren parlamentar con el general. Escipión y los numantinos se reúnen y estos últimos le ofrecen amistad y paz tras tantos años de “porfía”, pero Escipión la rechaza: “A desvergüenza de tan largos años es poca recompensa pedir paces”. No hay armisticio posible con Roma y los numantinos marchan sabiendo que se reanuda de nuevo la guerra: “Al hecho, que guerras ama el numantino pecho”.

Escipión queda solo en su tienda junto a su hermano Fabio siendo entonces que se desvela su plan: “Pienso de un hondo foso rodearlos, y por hambre insufrible derrotarlos. No quiero yo que sangre de romanos coloré más el suelo de esta tierra (…) en tan larga, reñida y cruda guerra”. A lo que su hermano Fabio contestará: “Mejor será encerrarlos como dices, y quitarle a su brío las raíces. Bien puede la ciudad toda cercarse si no es en la parte do el río la baña”.

El argumento esencial de la trama es así puesto ya sobre la mesa y siendo conocido por todos cual iba a ser el desenlace final del enfrentamiento, la tensión dramática de la obra ira paso a paso en aumento hasta la catarsis final. Sin embargo antes de continuar con la trama, la obra al terminar la primera jornada hace un curioso receso. Un receso en el que Cervantes parecerá querer mostrarnos su idea de España:

Aparece en escena la propia “España”, como personaje de la obra, como personaje alegórico que representaría a la mismísima España. Su voz clama al Cielo:

“¡Alto, sereno y espacioso Cielo que con tus influencias enriqueces la parte que es mayor de este mi suelo (…) muévate a compasión mi amargo duelo, y pues al afligido favoreces, favoréceme a mí en ansia tamaña, que soy la sola y desdichada España”.

Lamentándose de su destino España plantea el “pecado original” de donde parecerían provenir gran parte de sus aflicciones:

“¿Será posible que de continuo sea esclava de naciones extrajeras y que en un pequeño tiempo yo no vea de libertad tendidas mis banderas? (…) mis famosos hijos y valientes andan entre sí mismos diferentes. Jamás en su provecho concertaron los divididos ánimos furiosos, antes más los apartaron cuando se vieron más menesterosos”.

Sus hijos viven divididos de espaldas entre sí, más aun cuando más necesitarían estar unidos.

Al tiempo frente a la amenaza romana, señala a Numancia como adalid de la libertad:

“Numancia es la que ahora sola ha sido quien la luciente espada sacó fuera, y a costa de su sangre ha mantenido la amada libertad suya y primera”.

Es entonces que lamentándose del cerco que sufrirán los numantinos invoca al río Duero que a la sazón, corre a los pies de la ciudad celtibérica:

“Y pues sola la parte por do corre y toca la ciudad el ancho Duero, es aquella que ayuda y que socorre en algo al numantino prisionero, antes que alguna máquina o gran torre en sus aguas se funde, rogar quiero al caudaloso y conocido río, que en lo que pueda, ayude al pueblo mío”.

Y el río Duero aparece en escena. Al igual que España también como personaje alegórico. Dice como sigue:

Madre querida España, rato había que hirieron mis oídos tus querellas; y si en salir acá me detenía fue por no poder dar remedio a ellas. El fatal, miserable, y triste día según el disponer de las estrellas, llega a Numancia, y cierto temo que no hay remedio a su dolor”.

Para Numancia la suerte está echada… y el río Duero lo sabe. Así lo “disponen las estrellas”. Sin embargo ese amargo final pudiera ser que fuera semilla y anuncio de algo grande:

“Mas ya que el revolver del duro hado tenga el último fin establecido de ese tu pueblo numantino amado, pues a términos tales ha venido, un consuelo le queda en este estado: que no podrán las sombras del olvido oscurecer el sol de sus hazañas”.

El olvido no caerá así sobre la heroica ciudad celtibérica y puesto que la luz de sus hazañas no declina, dicha luz parecerá ser promesa de un tiempo mejor: Comienza entonces “la profecía del Duero”, momento especialmente interesante de la obra de Cervantes…

“tiempo vendrá (…) que estos romanos serán oprimidos por los que ahora tienen abatidos. De remotas naciones venir veo gentes que habitarán tu dulce seno después que, como quiere tu deseo, habrán a los romanos puesto freno. Godos serán, que con vistoso arreo, dejando de su fama el mundo lleno, vendrán a recogerse en tus entrañas, dando de nuevo vida a sus hazañas”.

Anuncia la caída de Roma a manos de los Godos y la llegada de éstos a España.

“Y portillos abriendo en Vaticano, tus bravos hijos, y otros extranjeros, harán que para huir vuelva la planta el gran piloto de la nave santa. Y también vendrá tiempo en que se mire estar blandiendo el español cuchillo sobre el cuello del romano, y que respire solo por la bondad de su caudillo”.

Anuncia el saco de Roma por parte de las tropas del emperador Carlos V en 1527, haciendo huir al propio Papa, así como señala las victorias españolas en Italia durante el siglo XV y XVI. Victorias que plantea como resarcimiento de los españoles frente a los romanos, y que son a su vez puestas en relación con las victorias godas frente a Roma.

“Y cuando fuere ya más conocido el propio Hacedor de tierra y cielo, aquel que ha de quedar instituido virrey de Dios en todo el suelo, a tus reyes dará tal apellido, cual viere que más cuadra con su celo: católicos serán llamados todos, sucesión digna de los fuertes Godos”.

Señala la llegada del cristianismo y como éste, dará a los reyes de España nombre llamándolos católicos. Estableciéndose la continuidad entre éstos y los antiguos Godos. Una línea de continuidad entre los “fuertes” Godos y los reyes de España que se sobreentiende, habría adquirido especial plenitud con los Reyes Católicos propiamente dichos.

“Pero el que más levantará la mano en honra tuya (…) haciendo que el valor del nombre Hispano tenga entre todos el mejor asiento, un rey será, de cuyo intento sano grandes cosas me muestra el pensamiento, será llamado, siendo suyo el Mundo, el segundo Felipe sin segundo”.

Anuncia la llegada futura de un rey sin par que honrará especialmente a España y del que podrá decirse qué es “suyo el Mundo”: Felipe II.

“Debajo de este Imperio tan dichoso serán a una corona reducidos, por el bien universal y a tu reposo, tus reinos hasta entonces divididos: el girón lusitano tan famoso, que en un tiempo se cortó de los vestidos de la ilustre Castilla, ha de zurcirse de nuevo, y a su estado antiguo unirse”.

España en el futuro podrá fin a sus divisiones internas e incluso Portugal (“el girón lusitano”) volverá a España. “Por el bien universal” y por la paz, todo ello en la égida de un Imperio “dichoso”.

“¡Qué envidia, qué temor, España amada, te tendrán mil naciones extranjeras, en quien tú teñirás tu aguda espada y tenderás triunfando tus banderas!”

La profecía del Duero concluye celebrando la gloria de la futura España, unida, temida, amada y victoriosa de sus enemigos.

“Sirva esto de alivio en la pesado ocasión por quien lloras tan de verás”.

Ese destino de gloria es así alivio y consuelo para esa España afligida que ha de afrontar ahora, las duras y trágicas jornadas del asedio de Numancia.

El río Duero se despide tras su profecía-“Adiós, porque me esperan ya mis ninfas…” –y España le dice adiós deseándole los favores del Cielo. Se cierra la primera jornada del “Cerco de Numancia” y a través de ese río Duero que habla con voz de profecía, parece habernos hablado el mismísimo Cervantes…

*

¿Qué podemos decir nosotros de esta peculiar profecía? De esta semblanza de España que Cervantes ha recogido por boca del río Duero. ¿Qué idea de España refleja esta obra y es trasladada desde las tablas del teatro a los españoles del siglo XVI? ¿Qué puede decirnos a nosotros de nosotros mismos, a los españoles del siglo XXI, las palabras del río Duero de Cervantes?

Ciertamente creemos que sería un verdadero error en un país como España, tan desorientado en cuanto su identidad, al conocimiento y puesta en valor de su identidad e historia, dejar pasar las palabras de Cervantes…

Siendo así y a bote pronto, resaltarán las siguientes ideas:

-En primer lugar Cervantes traslada la idea de la existencia de España, que aparece incluso como personaje de la obra. Esto que puede parecer una obviedad no lo es tal en un país, donde a día de hoy puedes encontrar políticos, tertulianos y periodistas que no tienen reparo en ningunear la existencia histórica de España como nación de largo recorrido. Como nación de siglos de antigüedad presente ya, en la conciencia colectiva de los españoles del Siglo de Oro.

-En segundo lugar resulta a nuestro parecer interesantísimo que Cervantes, ubique en la España prerromana el origen mismo de lo español. Haga de Numancia y la España “ancestral” de los celtíberos, “patria originaria” de los españoles. Siendo hasta tal punto así que la conquista romana es presentada como afrenta que algún día, los españoles podrán resarcir.

-Tercero, se señala una suerte de “pecado original” de los españoles, de “mis hijos” dice literalmente España. Esa fuente de nuestros males y de nuestra debilidad no será otra, que la división entre nosotros. División que será aún más lacerante al enconarse justo, cuando deberíamos estar más unidos.

-Cuarto, la España Goda como fuente de identidad y episodio fundacional de nuestra historia. Episodio que genera una continuidad a través del tiempo que llega a los reyes católicos: literalmente “sucesión digna de los fuerte godos”.

-Quinto, la propia referencia a esa catolicidad como rasgo importante de la tradición e identidad española: “a tus reyes dará tal apellido, cual viere que más cuadra con su celo: católicos”.

-Sexto, el llamado Siglo de Oro y los tiempos del Imperio Español, como plenitud de España. Como apogeo de una nación unida y poderosa de la que forma parte también Portugal, y cuyas banderas triunfan ahora donde antes se veían privadas de libertad, y cuya espada se tiñe con la sangre de sus enemigos, habiendo sido Numancia la primera “quien la luciente espada sacó fuera”.

-Séptimo, la nula referencia a una herencia árabe o judía e incluso a la Reconquista. Como si algo tan conocido de todos en aquel momento, tanto para público como autor, pudiera obviarse a la hora de entender qué es España, cual es su identidad y cuál es su destino.

Estas siete ideas fundamentales que sobre España plantea Cervantes a través de la profecía del Duero, son a nuestro humilde entender altamente significativas y valiosas, pues vienen de quien vienen y son recogidas en un momento tan especial e importante para nuestra historia, como el siglo XVI. Ideas en las que se refleja una honda conciencia identitaria, arraigada en los ancestros, en la idea destino colectivo, de continuidad histórica a lo largo de tiempo y de superación a la postre, de derrotas y adversidades.

Cervantes nos ofrece así a los españoles del siglo XXI una sana conciencia identitaria que por desgracia a día de hoy, apenas existirá entre nosotros y que sin embargo, era objeto de una obra teatral de éxito en el siglo XVI. Ciertamente da qué pensar… Y es una pena que ideas que pudieron estar tan presentes en alguien como Cervantes, los españoles de nuestro tiempo o no sepamos de ellas o peor aún, nos avergoncemos de ellas y repudiemos en un gesto de estúpida endofobia. Endofobia de la que estamos convencidos, nada bueno se puede sacar…

Así para Cervantes y su profecía del Duero, el Imperio Español habría tenido su origen en las hazañas de los numantinos y en Felipe II, su punto culminante. Habría habido una “urheimat” y un cénit. Estableciéndose una continuidad y semejanza entre el pasado y el presente observándose, que si en la lucha contra Roma había desunión entre españoles, bajo Felipe II y habiendo unión completa, se habría conseguido la preeminencia de España sobre el resto de las naciones. Cuando los españoles llegan a la unidad de sus distintos pueblos, se hace posible realizar un gran destino, en este caso el Imperio.

Es así que en esta obra de Cervantes, esa “patria originaria” que sería Numancia, será mostrada como paradigma de unidad, como modelo de cohesión más allá de desavenencias internas. Unidad y cohesión que es recogida como lección del pasado para los españoles del siglo XVI que asisten a la representación de la obra. Al mismo tiempo se plantea la hazaña numantina, como el otro gran legado o lección de Numancia a los españoles, pues el heroísmo numantino se recogerá como anuncio de las futuras hazañas de España. Así al final de la obra literalmente se dice: “Indicio ha dado esta no vista hazaña del valor que en los siglos venideros, tendrán los hijos de la fuerte España, hijos de tales padres herederos”. Es decir la grandeza de España y su Imperio, guardaría una relación de continuidad con el coraje numantino y se hace posible gracias a la herencia de éste. En el pasado y más allá de la caída de Numancia, estaría el origen y legitimidad del presente.

En definitiva, la “Numancia” de Cervantes como un claro reflejo de una conciencia identitaria española de la que participa el autor y para la que los numantinos, serían la primera imagen de los antiguos españoles. Dándose una línea de continuidad histórica a través de la España Goda y la España de los Reyes Católicos que hace de los españoles de 1580, herederos de los numantinos y protagonistas de una unidad que ahora, engloba a España entera. Unidad que permite hacerla protagonista de un designio superior, que obviamente en tiempos de Cervantes, se leerá en clave imperial.

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Patria originaria, necesidad de unidad, continuidad histórica a lo largo de los siglos, hazañas aleccionadoras, proyecto colectivo… ¿De verdad todo esto está demás? ¿De verdad no tiene Cervantes nada que enseñarnos con su Numancia, a los españoles del siglo XXI? ¿De verdad podemos seguir en ausencia de conciencia identitaria española y sufriendo de endofobia? ¿De verdad tiene sentido negar a España? ¿De verdad tiene sentido romper su unidad?

Yo pienso que no. Estoy convencido de que no. Y no por nada, sino porque es Cervantes, quien me invita a pensar así…

La figura del caballero como símbolo de prestigio en el mundo celtibérico. Fíbula de caballito de la necrópolis celtibérica de Numancia. 150 a.C. (Reproducido de Romero Carnicero 2001: 141).

Cervantes, Numancia y la idea de España.

EL QUIJOTE COMO REVULSIVO

en Espiritualidad por
EL QUIJOTE COMO REVULSIVO

 

Quizás como  nunca antes este sea el momento en el cual los españoles debamos reencontrarnos con el Quijote… Acercarnos de nuevo a “nuestro gran libro” y hallar en él la clave que nos está faltando. Tanto para entender nuestro destino colectivo como para afrontar el desafío de construirnos como personas verdaderamente libres.

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Para quien lea hoy día El Quijote, entre los numerosos temas trasversales que recoge así como más allá del sentido del humor y las cuestiones más evidentes que traslada, muy posiblemente le quedará una sensación como de cierta lástima. También quizás como de oportunidad perdida.

Lástima por ese hidalgo enloquecido que pierde el contacto con la realidad y lástima de esa sociedad mayormente cínica e insensible que lo hace burla.  Una historia en el fondo triste en la que también puede quedar la sensación de oportunidad perdida u ocasión desperdiciada. Tanto para el protagonista como para los personajes que se le cruzan. Porque don Quijote llena su alma con los paradigmas de la Tradición, el Caballero y el Héroe, pero confunde las cosas y no entiende ese lenguaje de leyendas y mitos en su correspondiente sentido simbólico y metafórico, tomándolo por el contrario en sentido literal. Siendo entonces que choca con la realidad y ésta lo tritura y machaca sin piedad. Pero también oportunidad perdida para ese gran número de personajes con los que se va cruzando y que reconociendo la locura del protagonista, hacen burla y escarnio de él sin reparar sin embargo en la gran verdad que pudiera subyacer a su discurso. Siendo entonces que salvo unas pocas excepciones, la mayor parte de ellos caen en la bajeza o la mediocridad.

Es de este modo que el valor de “Gran Relato” que poseen el Mito y la Leyenda, de narrativa evocadora capaz de despertar el alma a las Verdades de la Vida, queda así fuera de juego. Por la locura de uno y por el cinismo de los otros, siendo entonces que la oportunidad de regeneración y despertar que el Espíritu y la Tradición prometen se pierde.

Hay así en todos ellos una falta de Sabiduría a la hora de entender el discurso de la “Caballería Andante”, y es por ello que éste se mal logra. Y es que toda acción en el Mundo que pretenda dar buenos frutos, debe estar enraizada en la Sabiduría…

Debemos entender de esta manera que la clave del Quijote residirá precisamente, en ese valor simbólico y alegórico del lenguaje del Mito y la Leyenda. Lenguaje que no pretende decirnos cómo es la realidad, sino que pretende hablarnos de las “Verdades de la Vida y el Hombre”. Verdades que precisamente por su sentido espiritual, se trasladan con el lenguaje de la Tradición.

A partir de aquí, aquel que sienta la llamada de “las verdades de la vida” más allá de las comodidades burguesas o las preocupaciones mundanas, se sensibilizará con el lenguaje del Mito y la Leyenda y hará suyos los principios de la “Caballería” y la Tradición. Pero no para chocar con la realidad. No entendiendo el mito literalmente, como si fuera posible encontrar dragones custodiando tesoros bajo montañas lejanas. Sino en ese sentido simbólico que le es propio y que da al sujeto las claves espirituales para construirse auténticamente como persona. Esto es, para hacerse señor de sí mismo y Hombre fuerte y libre. Capitán de su propia vida y paladín de un estilo y una ética, que se viven como fundamento esencial de toda sociedad verdaderamente sana.

Del mismo modo, el cínico que en el Mito y la Leyenda no ve más que la divergencia de éstos respecto de la realidad, termina por darlos la espalda como mera fantasía inane haciendo entonces de la más pura mundanidad, su único horizonte de sentido. El cínico se burla así del dragón bajo la montaña, pues sabe bien que en el mundo real dicho y dragón y montaña no existen, y escapándosele la enseñanza espiritual que el Mito y la Leyenda atesoran, queda entonces abocado a la lectura alicorta, mediocre y en ocasiones rastrera de la existencia humana.

Ya sea el Quijote, ya sean los nobles que lo burlan, ninguno de ellos parece entender así cuál es la propuesta de la Tradición y a ambos de algún modo, la realidad termina por machacar. Ya sea ese don Quijote vapuleado por unos y otros, ya sean esos nobles burlones, decadentes y nihilistas, que en la bajeza que muestran con don Quijote, muestran también su fracaso frente a las verdades de la vida.

Es entonces cuando el lector de la inmortal obra de Cervantes reacciona. Siente lástima de todos ellos pero también, una saludable indignación. Pues en su corazón se despierta la rebeldía de saber que él no es así, y que en él no quedará la oportunidad perdida: Ni se volverá loco y verá gigantes donde no los hay, ni dará la espalda al Espíritu y se convertirá en un cínico sin honor ni vergüenza.

Es en ese momento cuando el Quijote se convierte en un auténtico revulsivo para el alma

Pues sin esa “Gran Narrativa” del Mito y la Leyenda, se hace difícil despertar a las verdades de la vida y sin ellas, el sentido último de la existencia en el mundo real termina por perderse. Y eso es precisamente lo que no estamos dispuestos a consentir…

Porque no queremos la vida gris de la mundanidad que como a don Quijote se nos queda pequeña. Y por supuesto no aceptamos el cinismo y mediocridad de esos que se burlan de don Quijote y hacen de dicha mundanidad, su única referencia vital.

Nosotros somos los que leeremos “el Amadís de Gaula” y ni nos volveremos locos ni lo tomaremos como una mera evasión o fantasía vacía. Muy al contrario encontraremos en el lenguaje del Mito y la Leyenda las Verdades de la Vida y el Hombre y desde ellas, nos zambulliremos totalmente en la realidad. Viviéndola con una intensidad que la mediocridad del cínico no puede concebir y que los desvaríos del loco no le dejan alcanzar.  Unos y otros fracasados y alienados en la prueba y desafío de la existencia humana. Allá donde nosotros estamos determinados a triunfar. A ser y vivir de verdad.

Ese es el revulsivo del Quijote. La enseñanza perenne que nuestro tiempo necesita como agua en el desierto y nuestra juventud debe conocer como faro en la oscuridad.

Un camino de Espíritu y Caballería. Un camino que es enseñanza para la forja del alma en la sabiduría y el vivir auténtico y de verdad. Con la existencia como aventura y como empresa.

No cabrá así en nosotros ni la alienación del que toma los Mitos y Leyendas como realidades.  Ni la ofuscación de quien sin entender el valor simbólico y espiritual de la Tradición, la da la espalda como mera fantasía. Viviendo entonces sin más horizonte que la mera vida mundana.

Nosotros no somos así…

Nosotros queremos vivir en serio y de verdad. Por eso nos rebelamos al leer el Quijote y lamentamos la locura de uno y la bajeza de los otros y a partir de ahí, nos decidimos a triunfar donde todos ellos fracasaron

 

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