DIARIO DE UN CONFINAMIENTO 10

en Blog/Espiritualidad por

EMPEZAMOS UNA NUEVA ETAPA…

En Enero y Febrero, nada más empezar los 20, estábamos ya adentrándonos en ese «nuevo tiempo» y así venía barruntándose si bien poco imaginábamos, cuán rápido ese «nuevo tiempo» se nos echaría encima…

Llegó así en marzo el confinamiento. Y con éste la reclusión obligada con nosotros mismos en nuestras casas. Para algunos vivida casi como un encarcelamiento, para otros como una mera sucesión monótona de entretenimientos y distracciones, y para otros (quizás potencialmente para todos), como un tiempo sobre venido y providencial para reunirse consigo mismos y su conciencia, y repasar la dirección que lleva su vida así como el tipo de persona que con sus luces y sombras, han llegado a ser….

Una ocasión como quizás no se vuelva a dar; de parar, observarse, repasar sus vidas y decisiones, hacer balance, y tomar conciencia de las cosas…

No es esto que digo gazmoñería «new age» ni auto ayuda barata. Frente al cinismo de quienes todo análisis lo remiten con arrogancia intelectual a la economía, la política, la ciencia o la tecnología; resulta que la vida tiene contenido moral y las cosas que nos pasan, hacemos o decidimos, tienen significación espiritual. Son enseñanza y aprendizaje. Son palancas de auto conocimiento y madurez. Y ese auto conocimiento y madurez, es lo Importante. Y la economía, la política o la tecnología, incluso la distracción y el entretenimiento … es lo necesario.

Y hacer esta distinción, no es cosa menor. Y de saber hacerla, depende en gran medida la sabiduría de vivir y el saber poner en valor las personas, las cosas y las propias vivencias.

La reclusión obligada es así ocasión idónea para recordar y distinguir entre nuestra esencia y nuestra circunstancia.

Haciéndonos cargo de que la primera es perenne, no cambia, y es la fuente a la debemos acudir para llegar a ser quienes estamos llamados a ser.

Siendo nuestra circunstancia sin embargo el sino voluble y cambiante de las cosas y de la vida misma; con sus subidas, bajadas, gozos y miserias.

Dándonos cuenta entonces de que la integridad personal, pasa por hacer de nuestra circunstancia, sea cual sea ésta y en la medida posible, reflejo de nuestra esencia… Siendo la madurez el aprendizaje de dicha integridad, a través de nuestros propios errores, deslealtades e incoherencias. Aprendizaje que lo será entonces también de humildad, auto conocimiento, grandeza de alma y empatia y comprensión para con los demás y sus miserias y errores.

Para todo el mundo este trance que estamos viviendo lo quiera aprovechar o no, es así una llamada al esclarecimiento, la madurez y la integridad, y el cambio de etapa. Porque la vida es también quemar etapas, aprender las lecciones recibidas, pasar página y avanzar en nuestra biografía personal. Y así parece pedirlo esta situación tan extra ordinaria que estamos viviendo. Y así lo ha sido para mí mismo, que he cumplido en estas circunstancias tan peculiares 45 años y he pasado ahí página, y empezado una nueva etapa.

Y es que lo primero, ahora y siempre, antes y en la nueva «anormalidad» que afrontamos ya mismo, es el cultivo de la lucidez, la cordura, el coraje y la valentía, la honestidad, la personalidad y la confianza inquebrantable en uno mismo y en nuestras propias fuerzas. La apuesta total por nuestra fuerza interior y la nobleza de corazón.

Después el vivir sin miedo. Confiados, resueltos y agradecidos. Haciendo las cosas bien, y abiertos y dispuestos a lo que la vida nos quiera dar, por donde la vida nos quiera llevar. Viviéndolo con paciencia y perseverancia; espíritu aventurero, alegría, aceptación y si es necesario, aplomo.

Y luego si, los demás… Las personas que nos acompañan, que nos cruzamos, que llegan a nuestras vidas y nos marcan, les marcamos, o se quedan en ella. Que aprendemos unos de otros y a veces sin querer herimos o nos hieren, y debemos perdonar o pedir perdón. Y también las personas que dejamos atrás. Con las que cerramos un círculo y marchamos porque la vida sigue y nosotros también. Y luego las que reaparecen, y son reencuentros que ensanchan el alma y acarician el corazón…

Para todos ellos: Grandeza de alma, honestidad, agradecimiento y Honor. Esa es la Ley…

Este maldito virus ya ha matado en España a más de 26 mil personas… No es ninguna broma.

Qué hacer con el tiempo que nos queda y dónde poner nuestra lealtad, esfuerzo y entrega? Es la cuestión.

La vida es efímera y pasa volando. «Carpe Díem». .. Siempre ha sido así. Ahora más…

Vivir Lúcidos, Despiertos, Fuertes y Libres.
Generosos de corazón en los afectos y la comprensión; y apasionados y entregados para beber del vaso de la vida hasta la última gota. Creciendo en nobleza y fuerza interior con cada lección que la vida nos da.
Y adelante con lo que tenga que venir!…

Todo esto se nos recuerda con esta pandemia. Y claro que hablaremos de la dimensión económica, política, científica y técnica de la cuestión; y querremos también distracción y diversión, y sobre todo y más que nada deberemos honrar a los muertos. Pero obviar la dimensión moral y espiritual sería una necedad y un desperdicio.

Sería desperdiciar nuestras propias vidas en lo necesario, olvidando lo Importante…

CC BY-NC-SA 4.0 DIARIO DE UN CONFINAMIENTO 10 por Gonzalo Rodríguez está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Gonzalo Rodríguez Gonzalo Rodríguez García es doctor en Historia por la Universidad de Castilla-la Mancha. Su tesis doctoral trató sobre la antigua Hispania céltica y su cultura guerrera. Formado en filosofía e historia sigue la línea doctrinal de la Sophia Perennis y la Escuela Tradicionalista.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Latest from Blog

Los años decisivos…

Los años decisivos…

https://youtu.be/ZlMwE4oY8TQ Retomamos “La forja y la espada” este septiembre del 2024 y
Ir Arriba