El confinamiento se prolongará tres semanas más. Hasta el 9 de mayo. Dos meses confinados…
Después al parecer vendrá una fase de transición, que puede durar otros dos meses o tres, y solapándose a ésta, una fase de reconstrucción, que entiendo se prolongará mínimo un año.
Para entonces en la cuenta de esta crisis sanitaria habrá más de veinte mil muertos… Ahí es nada.
Digo crisis sanitaria, porque es lo que es. No es una guerra. Es una crisis sanitaria. No estamos siendo invadidos por una potencia extranjera ni somos «atacados por alienígenas» . Es una pandemia que ha llegado a España y que hay que gestionar y resolver como tal; como una pandemia. Y esta diferenciación respecto de una guerra, no es cosa menor…
En este sentido durante el confinamiento, la sensación mayormente habrá sido la de que el gobierno por momentos improvisaba y pecaba de «amateur», y por desgracia en la fase previa, en la fase de prevención, la sensación habrá sido la de que no quisieron ver la que se nos venía encima y para cuando reaccionaron, ya iban con retraso…
Ahora ya no tiene arreglo y hay que seguir adelante, pero lo justo es que cuando pase lo peor de esta crisis se repase lo ocurrido en las fases de prevención y confinamiento, y se exijan entonces responsabilidades. Y «crucemos los dedos» para que en las fases de transición y reconstrucción, ahí sí, se hagan por favor las cosas bien. Con sumo cuidado y conocimiento. Con ánimo de pura eficiencia y responsabilidad y sin compromiso alguno para con adhesiones ideológicas. Que de esas trabas ya hemos tenido bastante en toda esta catástrofe y en las fases de transición y reconstrucción nos jugamos mucho. No se pueden volver a hacer las cosas mal o tarde…
En este orden de cosas, no puede sino lamentarse el intento por parte del gobierno, sus medios afines y en cierta medida sus militantes; por «blanquear» todas las negligencias y torpezas flagrantes que hemos tenido que ver en esta crisis. Un intento tan demagógico y sectario, tan de parte e interesado, que por el bien de la convivencia y concordia de todos, bien merecería que algún día todo eso se vea compensado con un sincero «mea culpa»… Sería una buena manera de evitar que esta desgracia se pague además con más gresca política y polarización.
En todo caso la vida seguirá de un modo u otro y habrá que afrontar lo que venga con el mejor de los ánimos y punto. Sin queja ni lamento. Dispuestos a «hacer camino», crecer y aprender, y con más razón y conciencia que antes apreciar las cosas y personas realmente valiosas que hay en nuestras vidas, y dar un paso al frente si es necesario. Sabiendo que a veces son sólo un instante o una breve época de nuestra vida y que otras, aún siendo duraderas, nunca son para siempre…
CARPE DÍEM.
DIARIO DE UN CONFINAMIENTO 6 por Gonzalo Rodríguez está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.